16/10/2022
 Actualizado a 16/10/2022
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Esta semana se ha anunciado el éxito de un pionero trasplante de intestino realizado hace meses a un niña bien pequeñina en el Hospital Universitario La Paz. Se llevó a cabo allí porque La Paz es (junto con el 12 de Octubre en este caso) el centro de referencia del Sistema Nacional de Salud para trasplante de intestino a niños y adultos. Para ser CSUR (Centros, Servicios o Unidades de Referencia) hay que demostrar conocimiento en la patología/técnica concreta, disponer de capacidad de formación a otros profesionales en esa especialidad y haber tenido o prever un volumen de actividad suficiente, además de cumplir otras condiciones.

Entre los 296 CSUR designados a lo largo de todo el territorio español en 52 centros para 70 patologías o procedimientos (que requieren alta tecnología o elevado nivel de especialización o son poco prevalentes) no está el Complejo Asistencial Universitario de León en ningún caso. Y es una pena. Quizá conseguir la catalogación de CSUR para alguna enfermedad/técnica sería el argumento definitivo que respaldara nuestra postulación como sede de una nueva (y van cuarenta y pico) facultad de medicina. Y porque, tal vez, eso atrajese a León a los (imprescindibles para nutrirla) médicos con aptitud docente contrastada que comienzan a escasear para cubrir toda la demanda nacional.

Me refiero a médicos de esos que cuando te tratan como paciente son elocuentes en la manera de explicarte los detalles de tu situación. Los que responden a las preguntas con ánimo pedagógico, lejos de evidenciar resquemor porque se trasluzca que hemos leído en internet y algo sabemos. Médicos que, si no tienen una memoria brillante que les permita citar de seguido los síntomas y la evolución habitual de un caso como el nuestro, por lo menos te reconocen que lo consultarán, con colegas o en Elsevier. Profesionales que tienen un vademécum a mano y no la tarjeta del visitador médico más agresivo. Los que se presentan con su apellido pero no te lo repiten tres veces «soy el doctor X, correcto, doctor X, ¿te he dicho que soy el doctor X?» (¡que sí coño!) Los médicos que transmiten confianza de manera un poco más sofisticada que afirmándose «te lo digo porque eso lo tuve yo, hombre».

Algunos de esos detallitos feos me encontré en mi última visita a un consultorio. Gracias a dios que fue por algo menor. De un mordisco me provoqué en la boca una ampolla que fue creciendo con los días hasta alcanzar el tamaño de un garbanzo. Incomodaba la hostia pero tampoco es que precisase un CSUR para tratarla.
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