20/07/2023
 Actualizado a 20/07/2023
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Después de la explosión de una bomba atómica en el centro de Moscú y la posterior respuesta por parte de los rusos arrasando media Europa, incluida la provincia de Cádiz, (con lo que a alguno se le jodieron para siempre las vacaciones en Conil), el mundo, tal como lo conocemos, está a punto de su extinción. El miedo se ha apoderado de todos los supervivientes terráqueos que intentan continuar respirando en cuevas, refugios o en su propia casa, esperando, sin esperanzas, la muerte. Pero he aquí que unos cuantos leoneses, cinco o seis mil, han tenido la idea maravillosa de refugiarse en la Catedral, llevando consigo comida, agua, mantas y dos o tres curas para que dirijan los rezos que, sorprendentemente, se hacen habituales en esta especie de paraíso de piedra y cristal.
Seguramente el ambiente hizo el resto... Una mañana, uno de los curas que se parecía extraordinariamente al Bustamante de Vegas, anuncia a todos que la Catedral, esa especie de nave espacial medieval, hecha por arquitectos de mucho oficio y pocos estudios, está a punto de comenzar su vuelo hacia Marte, dónde la raza humana tendrá una segunda oportunidad..., para volver a cagarla, otra vez.

La cosa es que la Catedral de León, la más hermosa de España sin ninguna duda, (lo afirma, entre otros, Erundino el de la tele), no está entre los monumentos que son Patrimonio de la Humanidad. ¿Alguien entiende este desafuero? ¿Cómo es posible que la Burgos si lo sea y la de León no cuando no hay color? Harían bien los de la UPL en centrarse en lograr su consecución y dejaran, también y sobre todo, de protestar contra los de Valladolor, como si éstos paisanos tuvieran la culpa de todo, cuando no es verdad: la culpa, como siempre, es nuestra. Como también, igualmente inexplicable es que la ciudad de León no sea, asimismo, Ciudad Patrimonio de la Humanidad. Qué lo sean Úbeda, Baeza, Alcalá de Henares, San Cristóbal de la Laguna o Ávila y que no lo sea León es para dar de hostias a todos los políticos leoneses que son como el ‘Juan cojones’ de los gaditanos: gente a la que se la suda todo menos su bienestar y sus vicios. Uno que es como es, decidió un día que conocería las quince ciudades españolas que si ostentan tal galardón y llegó a la conclusión que sólo Córdoba y Mérida son tan hermosas o más que León; sobre todo Córdoba..., que casualmente y siguiendo las enseñanzas de Américo Castro, es la madre de esta nación que se llama España. El padre, por supuesto, y según el historiador, es León.

Volviendo a los ‘Juan cojones’: ¿Cómo es posible que un pueblón como el nuestro, que tiene a menos de medio kilómetro de distancia entre ellos monumentos como la ya mentada Catedral, San Isidoro, Botines y el Palacio de los Guzmanes, únicos en su mismidad y por los que matarían la totalidad de las ciudades españolas no sea Patrimonio de la Humanidad? Pues porque el famoso ‘lobby’ leonés en Madrid o es un cuento o es una estafa. Como cuento y estafa son todos los políticos, da igual el partido, que cobran una pasta por tocarse las pelotas y por alternar por los bares del Centro o del Barrio Romántico y no por hacer su trabajo, que es promocionar la ciudad para que vengan los turistas y se dejen la guita.

Otro asunto es que no queramos que vengan los guiris o los madrileños a visitarnos; que no queramos que el turismo sea nuestra principal fuente de ingresos. Lo acepto, ¡claro que si!, pero entonces que creen trabajo en condiciones para que la sangría demográfica cese. Que atraigan más farmacéuticas, más HP, más empresas, en fin, de tecnología del siglo XXI. Que protejan a los labradores y a los ganaderos, a los viticultores, a los que se dejan los cuernos para sacar un sueldo digno para ellos y los suyos...; que ‘vendan’ al resto de la provincia como destino turístico único, espectacular y grandioso; que los montes Aquilanos, por ejemplo, sean un destino preferente para todo aquel que quiera conocer a la naturaleza en estado puro.

Pero no, no sucederá, por los menos en las elecciones del domingo que viene. Todos los partidos, incluido la UPL, se presentan presentado como su objetivo las obviedades de siempre, las bobadas que nos vienen proponiendo desde que se pudo votar, allá por el año 79 del siglo pasado. Y seguís votándolos como corderitos...

Bueno, menos mal que nos queda la Catedral para refugiarnos cuando las cosas se pongan mucho más chungas de lo que están ahora y con billete preferente para el ‘más allá’. Otro buen sitio para estar cuando llegue el fatídico momento son los montes Aquilanos antes referidos. Allí se refugiaron los anacoretas de los siglo VII y VIII para estar más cerca de Dios cuando llegase el momento de acudir todos, en excursión, al valle de Josafat para ser juzgados.
Salud y anarquía.
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