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Clarines y timbales

26/02/2023
 Actualizado a 26/02/2023
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Los primeros espadas que concurrirán a las elecciones municipales en la capital leonesa ya están en capilla. Luego, después de las encomiendas íntimas de cada uno, tendrán que dirigirse hacia el portón de cuadrillas a esperar el toque de clarines y timbales. Y se iniciará el paseíllo. Salvo alguna colitis aguda, que no suele darse, la suerte está echada. No habrá marcha atrás. Los de seda y oro saldrán a la arena, como es reglamentario, acompañados de las correspondientes cuadrillas –la mayoría de ellas, salvo excepciones, anónimas para el gran público–, que lidiarán en la sombra, embozados, las primeras embestidas de la fiera. A continuación se hará presente en el ruedo el jefe de filas para buscar el lucimiento, los aplausos y el rendibú encendido. El clásico ‘aquí estoy yo’. Casi igual que en la política. Casi. De manera, que el cartel, en León, ya está ‘vestido’. Se sabe el nombre de los lidiadores pero no el de los subalternos, que suelen ser imprescindibles para el buen fin de la función.

En eso de las ‘cuadrillas’ suele saltar la sorpresa. Quienes estaban olvidados vuelven a calarse la montera, y quienes se creían fijos, a la vera del ‘maestro’, acaban sentados. Es lo que últimamente toma cuerpo en el Partido Popular y sus circunstancias, propiciando con ello que el vulgo se haga lenguas para adivinar lo principal del listado al Ayuntamiento. Y a la vez y en paralelo es un secreto a voces, que la candidata, doña Margarita Torres (siempre hubo clases), no ‘trajina’ con muchos de sus compañeros, quienes en unas semanas serán ex con todas las bendiciones (o maldiciones) al caso. A su lado solo quiere ‘profesionales’. Eso ha dicho.

Por el momento muy pocos son los ungidos (o ungidas) de la actual etapa municipal popular. Ella, doña Margarita, apuesta por la renovación y ¡ojo!, la recuperación de ciertos nombres –algunos con fuste y muy conocidos-, aunque con la ‘amarga’ salvedad de una posible imposición apadrinada desde Valladolid. Gracia, lo que se dice gracia, no le hace ninguna, pero si lo dice Mañueco… tragará. Qué remedio. El ‘aspirante’, con probada experiencia en la Casa Consistorial, no es santo de su devoción –el sentimiento es recíproco, por cierto–, pero…

En el PSOE, mientras, el alcalde José Antonio Diez tendrá que hilar muy fino con su cuadrilla. Cuidado con los topos. Con los falsos palmeros y los ‘viejos’ amigos. Podrían hacerle la trece catorce si no se cubre las espaldas con una gruesa armadura. Diez ha dicho desde un principio que él y solo él quiere elaborar la ‘comanda’ para trabajar a gusto y sin conspiraciones interno-externas. Los cuatro años del mandato le han sido muy complicados por mor del fuego amigo y las continuas zancadillas. Tiene las espinillas abrasadas.
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