Saludemos al niño,
muerde un currusco,
a sabiendas de que en casa,
cosas de la inflación,
hay poco pan.
Pan recio.
Y pasa el dedo por los labios,
y los párpados,
con algo de rosaluz.
Pero saludemos al niño,
pues va dejando migas
en el zaguán y los botones,
y en la penumbra torva
de los rellanos.
El Estado lo ignora;
Dios lo compadece;
nosotros dormimos.
Cesta de la compra
11/03/2023
Actualizado a
11/03/2023
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