Resulta que la Junta de Castilla y León, concretamente la Consejería de Cultura, Turismo y Deportes que dirige Gonzalo Santonja, de Vox, ha publicado el borrador de un decreto que regulará las actividades de turismo de naturaleza en la comunidad, y en él se incluye un logotipo que las representa. Consiste en un arbolito y dos estrellas azules, y tal como informaba ayer La Nueva Crónica, ha sido objeto de severos reproches en las redes sociales, porque según los críticos de la Junta –ahora llamados ‘haters’– su aspecto es cutre e infantil. La Consejería no ha respondido defendiendo el diseño, sino explicando que se ha hecho con medios propios y sin coste alguno, es decir, sin contratar a ninguna empresa externa, como suele ser habitual.
Hace tiempo que me pregunto a cuánto ascenderá la inmensa cantidad de dinero público que las Administraciones dedican a contratar el diseño de logos y carteles de toda índole. No hay más que entrar en cualquier oficina pública, colegio, instituto o ambulatorio para ver sus paredes cubiertas por un enorme mosaico de cartelería con los más variados consejos para que nos concienciemos sobre el maltrato familiar, sobre nuestro hábitos de consumo, sobre cómo tenemos que conducir o sobre la cosa gay. Para conminarnos a no hacer ‘bullying’ al prójimo, a vacunarnos, a cuidar el planeta y, sobre todo, a denunciar enseguida a todo el mundo. Todos llevan impresos sus correspondientes eslóganes, logotipos y propagandas institucionales, y en la mayoría de los casos hacen gala de gran calidad gráfica en cuanto su diseño e impresión ¿De verdad son todos tan necesarios? ¿Seguro que los dueños de las empresas que los elaboran no tienen primos en la política?
Y para una vez que un organismo público se priva de despilfarrar fondos públicos contratando externamente el logotipo absurdo de turno, se solivianta el personal porque le parece cutre.
La Consejería también ha dicho que el criticado logotipo es susceptible de cambios. Dadas las reacciones, seguro que durante la tramitación del borrador se ocuparán de contratar el diseño de un logotipo estupendo que sustituya al actual. El presupuesto habrá sufrido otro mordisquito, pero nosotros tendremos un dibujo precioso y seremos más felices.