Ha empezado diciembre,
resumí.
Ella vivía en otro hemisferio,
donde se indulta y amasa la luz.
Abrígate lo justo,
me sugirió,
no te encierres en casa
como una polilla,
y si lo haces,
retira la nieve del alféizar,
abre los ojos al cielo,
absorbe el frío,
su frío silencioso y lacado.
Luego camina
embutido en botas viejas
y no dejes una brizna de noche
sin explorar.