07/10/2023
 Actualizado a 07/10/2023
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Banderas sobre el polvo:
así tituló William Faulkner 
una novela vieja y hermosa.
Hablaba de guerras fratricidas
y hombres que veneraban el Sur.
Yo nunca me envolví en banderas.
Ni siquiera para celebrar victorias
ni templar el cuerpo aterido;
tampoco para usurpar,
afrentar a otros,
enloquecer con los míos.
Qué fatiga,
las banderas:
las dejo para esos patriotas que,
cigarros en ristre,
llenan su pecho puntiagudo
con el humo de la necedad.

 

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