El comportamiento y la psique del rojo español, esa rama fascinante de la antropología que nunca deja de sorprendernos, adquiere especial interés en estos días, una vez que ya no puede negarse que detrás del pacto infame no hay ninguna justificación ideológica, que el acuerdo no trae más causa que la conservación del poder personal de Pedro Sánchez, en cuya virtud ha mentido y traicionado a sus votantes, a España y a la Constitución.
El ser humano al que engañan para obtener de él algo (en este caso el voto) suele molestarse. Si además es español, acostumbra a manifestar su malestar con furibundas imprecaciones y promesas de venganza. Pero no así el rojo español. No hay más que leer la opinión periodística de estas últimas dos semanas para ver de cuántas maneras puede reaccionar con tal de no reconocer que, por dolo o negligencia, su voto al PSOE ha sido un error. Veamos: Dejando a un lado al rojo apesebrado, que aplaude con entusiasmo cualquier cosa con tal de seguir cobrando, podemos clasificar a los columnistas de izquierdas en otras tres categorías principales.
En primer lugar tenemos al rojo triste. Flor marchita de mayo del 68, con frecuencia ajada en algún departamento universitario. Sí, se siente traicionado, y expresa su melancolía otoñal entre citas líricas. Pero no pide la depuración de ninguna responsabilidad ni la convocatoria de elecciones. Para qué, si volvería a votar a Pedro Sánchez.
En otra categoría se sitúa el rojo chequista. Aborrece el pacto con Puigdemont y la amnistía, pero lo dice a vuela pluma. A lo que dedica realmente su columna es a manifestar su repugnancia por la gente que se manifiesta en Ferraz ¡eso sí que es un problema y no la derogación tácita de la Constitución!
Para acabar con buen sabor de boca hemos de citar al rojo feliz, el que sabe mirar el lado positivo: el PSOE está en poder, lo demás lo elimina y vista al frente. Pensar en cómo lo ha obtenido y en las consecuencias que se derivarán de la amnistía y de las demás felonías acordadas es desagradable e innecesario, siempre puede escribir sobre el cambio climático hasta que pase el temporal.