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Alto contenido en morados

07/01/2024
 Actualizado a 07/01/2024
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Hace poco una amiga le regaló a mi madre un cuadro de su autoría que figuraba unos higos y otras cositas, un bodegón dulce. Por el tamaño no encajaba donde esta quería ponerlo porque, como era el caso, si el paño es muy grande y el cuadro pequeño rechina la falta de sincronía en las dimensiones. A mí, además, me pareció que por el alto contenido en morados no convenía exponerlo donde finalmente no fue. Pero la originalidad no se la quitaba nadie y por eso se escogió un sitio bueno para su lucimiento.

La originalidad es uno de los primeros criterios que se saca a paseo para juzgar cualquier cosita pintada. Pero es muy difícil para el diletante saber si aquello que contempla es original (en tratamiento del color, en perspectiva, en técnica, en conceto) o un calco. Una cosa es identificar una reproducción de una obra popular y otra encontrar influencias. Incluso enfrentarse a algo un poquito más rebuscado de un gran autor nos puede poner en apuros.

A cualquiera le ponen delante la ‘Isabel de Borbón’ de Velázquez que subastaba Shoteby’s este mes y entre que se lía con que si es la primera, segunda o tercera Isa regia y que tiene la cara claruja, seguro que la infravalora indecentemente diciéndola obra de taller. 

En estas fechas habrán peregrinado ustedes por salones y comedores ajenos teniendo la oportunidad de fijarse (siempre con la boca llena pero cerrada) en lo que cuelga en las paredes –¡horror vacui!– distinto de fotos de bbc’s y pantallotes. ¿Detectaron originalidad y buen gusto o dejadez profunda y pizca de adocenamiento? ¡Sean bichos, den cera!

Por mi parte, como lo cercano lo tengo muy trillado, para poder crucificar algo me fui al ILC a ver lo que han expuesto de José de León, artista que se ofrece a donarlo a quien lo muestre en colección permanente.

Allí, este Brueghel moderno descarga su desbordante mundo visual en decenas y decenas de obras facturadas en los últimos ocho años que no me atrevo a tildar de otra cosa que de originalísimas y con alto contenido en morados. Y como además son obras de un formato importante la mayoría, no vería pega en que colgasen de cualquiera de las paredes de casa de mi madre. O de las de la mía.

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