Hoy se celebra el Día del Libro. Ferias y actividades en todo el país muestran un amplio catálogo de obras de autores consagrados y otros noveles que intentan llegar al público. Complicado, porque el hábito de leer está en decadencia. Esta jornada nos recuerda que la cultura es vital para la sociedad. Hay que cuidarla como merece, disfrutarla y empaparse de ella.
«Nunca ha habido tanta gente comprando entradas para conciertos. Nunca ha habido tanta gente a la que le importe menos la música de los conciertos». Esta frase demoledora la escribió en sus redes sociales Guille Galván, compositor y guitarrista del grupo musical Vetusta Morla. Refleja a la perfección el malestar de muchos artistas que han expresado su queja ante un comportamiento que se está haciendo habitual en los últimos años.
Las entradas se agotan a los pocos días, a veces horas, de salir a la venta. Aunque sea con varios meses o hasta dos años de antelación. Pero llegado el momento los asistentes no prestan atención a las canciones, excepto un par de hits que graban con sus móviles para subir a las redes sociales. Que quede constancia de su presencia en el evento.
Al parecer el resto del tiempo hacen corrillos, hablan entre ellos ignorando a los cantantes, incluso dándoles la espalda. Algo que genera un barullo muy molesto aparte de ser, cuando menos, irrespetuoso y egocéntrico. Sí, también queda desfasado acudir a un concierto a escuchar la música. Apenas nadie aguanta una hora, hora y media, haciendo solo eso. Ni oye una canción entera si dura más de cinco minutos. Me consta que muchos jóvenes y adolescentes desconectan cuando en clase se habla más de diez minutos sobre el mismo tema. O que los vídeos más largos los ven a doble velocidad porque si no les da pereza.
Consecuencias de un cambio social al que se refieren varios expertos, que nos ha hecho perder capacidad de concentración y atención.
Tengamos presente que la mente se alimenta de cultura, no permitamos que muera de inanición.