Robé de abril algo de fiebre
y un rojo inaplazable
(rojo bombero,
rojo agalla,
rojo de Marte),
había en la orilla una chica
de vestido estampado,
escribía y escribía
y no levantaba la cabeza,
la veo en parques y sombras,
abril tiene algo de chica
vestida de rojo,
y yo sigo en la orilla
de los sábados,
esperando que el cielo,
el cielo de abril,
se lleve mi fiebre.