"Sin cobertura, el resto de planteamientos para la repoblación van a cojear siempre"

Entrevista a Sergio Díez, presidente de la plataforma León Ruge y portavoz de la Revuelta de la España Vaciada

Cristina Centeno
21/11/2021
 Actualizado a 21/11/2021
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A finales del mes de mayo el leonés Sergio Díez, presidente de León Ruge y uno de los portavoces de la plataforma Revuelta de la España Vaciada, fue el encargado de cerrar la presentación de las 101 medidas de repoblación en el Congreso de los Diputados. Es vecino de Naredo de Fenar, donde llegó junto a su familia para disfrutar de la calidad de vida del medio rural. Rodeado de naturaleza y montañas y bajo la atenta mirada del pico Polvoredo, reivindica las oportunidades necesarias para revertir la despoblación, analiza el salto a la política del movimiento e insiste: «Realmente da gusto vivir aquí».

– La Revuelta de la España Vaciada decidió hace pocos meses dar el salto a la política y las primeras encuestas la sitúan como clave. ¿Ha llegado la hora de la verdad para los territorios despoblados?
– Después de tantos años trabajando, tanto esta plataforma como otras muchas a nivel nacional, lo que nos estamos dando cuenta es de que el problema de la despoblación se cita siempre cuando llegan procesos electorales por nuestros representantes políticos, pero nunca se termina de abordar. Entonces las diferentes plataformas y movimientos sociales que formamos parte de la Revuelta de la España Vaciada, lo que hemos decidido ya ha sido dar un paso más allá y que nuestras propuestas y nuestro modelo de territorio, que es donde se recoge un poco todo lo que proponemos para revertir esta situación de despoblación, facilite el desarrollo de esto que se denomina la herramienta política de la España Vaciada, que no es más que facilitar que determinadas plataformas o territorios que lo vean de interés puedan empezar a desarrollar una vía política paralela lógicamente al movimiento social, que es lo que somos en León Ruge o el resto de plataformas de León que forman parte de la España Vaciada. Pero sí que es cierto que existe esa posibilidad de que en un determinado momento o ante un proceso electoral podamos abrir una nueva vía de representación política.

– ¿Concurrirá León Ruge como plataforma electoral a las próximas citas autonómicas o nacionales?
– León Ruge no. Como comentaba, León Ruge es una plataforma social y su aspiración es seguir siéndolo. Pero sí que es cierto que el interés y el ánimo que está despertando la Revuelta de la España Vaciada va a facilitar que podamos unirnos con el resto de plataformas que formamos parte aquí en la provincia de León, que es el gran interés, y desarrollarlo para que determinadas personas tanto de León Ruge como de Colectivo Ciudadanos de la Región Leonesa o Nos Terra Maire, junto a otras organizaciones que ahora mismo quieren integrarse, puedan desarrollar esta vía electoral. Eso sí es una posibilidad, pero no concretamente León Ruge, porque seguimos siendo una plataforma social, de esta zona y del medio rural, y ese es el principal interés.

Estamos en un proceso de unir plataformas, a partir de ahí si surge el interés político habría que pensar en personas– ¿Se plantea ser candidato si esta plataforma electoral en la provincia sale adelante?
– De momento vamos a ver. Soy uno de los portavoces en este caso de León Ruge y de la España Vaciada en la provincia, pero todavía nuestro proyecto no se basa en ir buscando personas para desarrollar listas electorales. Estamos ahora mismo en ese proceso de unir plataformas que es algo que no se había hecho aquí, uniendo el movimiento social de norte a sur y de este a oeste, con todas las variedades y las peculiaridades que tiene esta provincia. A partir de ahí y si realmente entre todos surge un interés y se abre una vía electoral, lógicamente habría que pensar en personas, pero todavía no.

– Ya fue candidato a unas elecciones municipales en una ocasión y presentó entonces un ambicioso plan para su ayuntamiento, Matallana de Torío, destinado precisamente a combatir la despoblación. ¿En qué consistía? ¿Podría ser extrapolable a todo el medio rural de la provincia?
– Seguramente sí sería extrapolable. Era un plan ambicioso, lo denominábamos ‘Matallana 2050’ y el objetivo era recuperar en este caso los 2.050 habitantes para este municipio en el año 2050. Sí sería extrapolable porque se basaba en un lema que se defiende desde la España Vaciada, y es que ‘ser menos no resta derechos’. Esa era nuestra intención y lo que queríamos generar era un caldo de cultivo necesario en el entorno, vía servicios como la apertura de un centro de día, una guardería y otros servicios básicos para que la gente se pueda quedar en el medio rural. Porque buscar atraer gente al medio rural abriendo una empresa solamente o por una política concreta de ofrecer vivienda barata es algo puntual, como se ha visto ahora en la pandemia, que mucha gente ha venido al medio rural para teletrabajar. Pero si el medio rural no ofrece esas posibilidades necesarias para desarrollar lo que es el proyecto vital en su conjunto, educación de calidad, servicios sanitarios, transporte, cultura… Luego es prácticamente inviable que se puedan quedar. Todos los proyectos que buscan revitalizar el medio rural tienen que partir de la base de generar ese caldo de cultivo.

Hay que cambiar el modelo de país, que en esta línea va abocado a abandonar a gran parte de su territorio – ¿Cuáles son los principales objetivos políticos de la plataforma de la España Vaciada?
– En mayo presentamos en el Congreso de los Diputados el modelo de desarrollo, que es un ambicioso plan de 101 medidas en el cual podíamos destacar sobre todo un pacto de Estado. Porque entendemos que las políticas que proponemos para revertir la despoblación no se van a desarrollar ni se van a conseguir en un año, en dos o en tres. Es un proceso largo en el cual intentamos frenar todo aquello que lleva pasando durante 50 años y entendemos que para que eso se lleve a cabo es necesario un acuerdo entre las diferentes fuerzas políticas para que no se convierta solo en una ley o en una normativa que cuando venga el siguiente Gobierno la cambie, y el siguiente también. Entonces es necesario ese pacto de Estado y realmente se está demostrando en el caso de Teruel Existe, que es la fuerza que está representando a la España Vaciada en el Congreso de los Diputados, porque es prácticamente la única agrupación que está consiguiendo consensos de todos los partidos.

– La parte crítica llega de partidos que ven más regionalismo y consideran que son plataformas que llegan a las instituciones a mirar únicamente para su territorio. ¿Hay proyecto de país?
– Sí, claro que hay. Como comentaba, está el proyecto que es donde realmente intentan atacar. Porque la marca puede ser Teruel Existe en este caso o el nombre que pueda llevar en cada uno de los territorios, pero el proyecto es un proyecto para el territorio, para todo el país. Lo que proponemos es una cohesión territorial diferente a la que hay ahora mismo. El eje actual de desarrollo estatal está basado en tres o cuatro puntos estratégicos en todo el territorio, y el resto por decirlo de algún modo somos zonas secundarias u olvidadas, y eso es lo que queremos cambiar. Lógicamente cualquier plataforma o partido político de carácter regional que pueda acceder al Congreso de los Diputados va a tener sus reivindicaciones propias para su provincia y para su territorio, porque eso es una cosa que estamos achacando a nuestros representantes políticos, que llegan al Congreso y se olvidan de su territorio pero sí se acuerdan de las siglas de su partido. No queremos caer en ese mismo error. Pero estamos viendo que están proponiendo cosas para el propio país. La propuesta que hacemos no es solamente para una provincia, si no que lo que tenemos que cambiar es un modelo de país, que yendo en esta línea va abocado a abandonar a gran parte de su territorio para centrarse en el desarrollo de dos o tres núcleos de población.

La descentralización es muy interesante, pero no queremos que se convierta en una arma arrojadiza – La descentralización de administraciones se ha colado en la agenda política. ¿Cómo valora que se lleve a cabo dentro de la lucha contra la despoblación? ¿Es suficiente?
– Es un paso más y es una de las peticiones que hacemos. No tiene ningún sentido que continuamente todo tipo de instituciones se lleven siempre a los mismos sitios. Estamos hablando de Madrid, o de Valladolid en Castilla y León,incluso a nivel provincial, que esté absolutamente todo en la ciudad de León. Lo que pedimos es una descentralización generalizada de todo tipo de instituciones y a todo tipo de niveles, tanto provincial, autonómica como nacional. Es una fórmula en la que no solamente estamos hablando del traslado de un edificio o de una sede a otro punto, hay que pensar que con ello se arrastra a mucha gente que trabaja en esa sede, normalmente con sueldos de funcionario, que interfieren en el Producto Interior Bruto de esa provincia o en esa zona, lo estamos viendo con el Incibe en León, y esto va generando un desarrollo y un tejido socioeconómico a su alrededor muy importante. Es una fórmula que consideramos muy interesante, lo que no queremos es que se convierta en un arma arrojadiza en los procesos electorales que se puedan abrir o que se utilice como una tómbola para decir «como a estos protestan pues les doy una sede y a estos que no protestan, pues no se la doy». Realmente lo que queremos es que haya un plan y una ordenación para esa descentralización del Estado.

– También sería necesario que no solo se centrase en las capitales de provincia o en las grandes ciudades…
– Eso es evidente, porque entonces lo que estaríamos haciendo sería replicar el modelo nacional en cada una de las zonas. Por ejemplo, comentábamos antes el caso de Valladolid, que está capitalizando todas las instituciones a nivel autonómico cuando ni tan siquiera es la capital de la comunidad autónoma y realmente nos estamos encontrando con que a León han llevado el Eren o el Procurador del Común, a Burgos la ciudad de la Justicia, pero prácticamente el 90 por ciento de las instituciones autonómicas están en la ciudad de Valladolid, algo que es un agravio para el resto del territorio lógicamente.

– Si queremos repoblar es necesario que existan servicios básicos de calidad. La sanidad ha sido uno de los grandes caballos de batalla del movimiento. ¿Se ha contado con las áreas rurales para configurar la reestructuración que se plantea?
– Por parte de la administración autonómica, sinceramente no. Ellos tienen su plan Aliste, que está basado en la optimización económica de la sanidad, que consiste básicamente para los que vivimos en el medio rural en reducirnos los servicios, las horas de atención sanitarias e incluso intentar implantar la telemedicina, en zonas en las que no tenemos la posibilidad de cobertura móvil ni de internet. Con la pandemia han visto fortalecido ese sistema al cerrarse las atenciones presenciales en los consultorios y están intentando alargar en muchos casos ese cierre para seguir trasladando a la gente a las cabeceras de comarca o a núcleos más grandes de población. Hace dos semanas hemos presentado la mesa específica que tenemos de trabajo sobre el sistema sanitario en Castilla y León. Se presentó en Aliste un modelo alternativo, que no está basado en la optimización económica de los recursos. Entendemos que es necesario una reordenación del sistema sanitario a nivel autonómico, pero lo más importante es que pasemos a un modelo sociosanitario, que no sea simplemente atender a las personas cuando están enfermas, ya que en el medio rural es importante que las personas se sientan atendidas y tengan a su disposición ese servicio en todo momento.

No podemos hacer una transición energética a base de los territorios que ya tienen otro potencial–Otra de las grandes guerras del medio rural es el acceso a un internet de calidad. Hay compromisos desde todas las instituciones, pero a algunas zonas parece no llegar nunca…
– Es… me río pero es una cuestión prácticamente para echarse a llorar. Continuamente estamos viendo que hay un nuevo plan para llevar una cobertura del 98 % para el año tal… Vamos a ver, estamos hablando de una cuestión que es básica hoy por hoy, que es acceso a la telefonía. Y el acceso a la telefonía es el acceso al resto de los servicios prácticamente. No se puede estar jugando con ese servicio en las zonas del medio rural ni con esas posibilidades. Recientemente hemos hecho movilizaciones en Geras de Gordón o en Cubillas de Arbas, gente que está teletrabajando allí y que dice «creo que me voy a tener que marchar de nuevo, volverme a Madrid, porque la sensación de levantarme cada mañana y no saber si voy a poder conectarme al trabajo o puedo poner en peligro incluso mi puesto». Esa sensación no la viven aquellos que desde su despacho en los gobiernos centrales tienen su fibra todo el rato. No saben realmente lo que supone estar un día o estar como los vecinos de Portilla de la Reina el invierno pasado más de 30 días seguidos sin cobertura móvil. No son conocedores del problema y no saben lo que implica eso. Es una de las principales reivindicaciones que tenemos en el terreno y es una de las cuestiones en las que hay que ponerse ya las pilas de una vez por todas desde la administración, porque sin unos servicios básicos de cobertura de móvil el resto de los planteamientos van a cojear continuamente. Yo creo que somos conscientes de que todos hoy por hoy necesitamos el acceso a la telefonía para gestionar tus cuentas bancarias, una cita telefónica, cualquier tipo de servicio… Además esa facilidad también revertida al medio rural es la que nos podría dar ese empuje para la repoblación, para que más gente se anime a venir a trabajar aunque su trabajo como tal físicamente no esté situado en el medio rural, poder trabajar desde aquí y disfrutar de la calidad y del modo de vida que tenemos en el medio rural. Es fundamental y es donde se tienen que poner las pilas de una vez por todas.

–La última gran amenaza para muchas zonas rurales de la provincia es la proliferación de macroparques solares y eólicos. Forma parte de plataformas para frenarla. ¿Cómo lo valora?
– Al final, es cierto que las personas que nos movilizamos por determinados temas en el territorio acabamos formando parte de diversos movimientos. En este caso, aquí en la montaña central, toda esa zona [lo dice mirando hacia el pico Polvoredo y a todas las montañas que tiene detrás] ahora mismo quedaría sembrada de aerogeneradores de 200 metros y líneas de alta tensión. Lo cual supone nuevamente un expolio energético a todo un territorio que ya lo ha dado prácticamente todo en esta materia y que lo único que recibe es esta chatarra por decirlo de algún modo, todos estos proyectos basados en la chatarra y en un supuesto desarrollo del medio que a todas luces es inexistente. Lo que pedimos es que se escuche a los vecinos, que los proyectos de transición energética, porque la energía renovable todos la defendemos y somos partidarios de ella, empiecen haciendo partícipes a las personas del territorio. Lo que no es posible es que queramos hacer una transición energética nuevamente a base de los territorios que ya tienen otro potencial como es el caso de este, que se basa en la explotación sostenible de los recursos naturales que nos ofrece, y tengamos todas las zonas de tejido industrial o edificios públicos sin una sola placa solar, no podemos empezar la casa por el tejado. Recibimos proyectos y no se está facilitando la posibilidad de que nosotros mismos desarrollemos nuestras pequeñas comunidades energéticas, fomentando el autoconsumo… habrá que hacer instalaciones más grandes, sí, pero habrá que buscar aquellas zonas que puedan acogerlas sin modificar su tejido y su desarrollo socioeconómico. Todo esto está generando un gran rechazo porque este cambio de supuesta transición energética justa creo que se está quedando sin ninguna de las tres palabras, ni transición, ni justa y energética como vemos en la factura, para unos pocos.
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