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Me fierve la sangre

26/02/2017
 Actualizado a 11/09/2019
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A la hora de poner motes la ruralidad es retorcidamente cabrona, como se puede ver al comprobar los problemas en los que mete a los titulares a la hora de explicar porquéles llaman «Cuatropadres», «Tumbacasas», «Farraperas», «Perrotonto» o «Mediopolvo», salvo que tengas el ingenio y la retranca de «El Tumbao».

– Y, no te molestes, ¿porqué te llaman El Tumbao?
– Además de que no eres el más listo si no lo notas te diré que me pasa que me fierve la sangre por todo, no para quieto ni cuando llevo la vaca al toro.
– Ah.
– Pues mañana la B.

Uno de los que usan con más retorcimiento es el de «intelectual» y su variante tabernaria de «el científico», cuando te caen estos encima date por jodido. Por eso cuando alguien me viene con la maturranga de si firmo un manifiesto de intelectuales cojo todo lo que me queda en el banco, se lo doy a un taxista y le digo: «Cuando se acabe me apea, sin contemplación».

– Y ¿en qué dirección?
– Todo a derecho.

Pues ayer estuve a un tris de ingresar en el cupo de los «científicos», porque hay una plaza libre desde que vino de vacaciones uno de Barcelona y para demostrar que allí se aprenden cosas a uno que iba por la calle andando le llamó peatón.

– ¿Quiénes aquel peatón que viene por donde el atrio?
– Pues así como peatón no reconozco a nadie, pero el paisano que viene con la azada al hombro es Joaquín ‘El Pastor’, que como trae azada intuyo que va a segar la hierba.

Pues ayer estuve a punto de quedarme con la plaza. Me vine arriba en el café y me dio por hacerles la gracia de que los grajos de León se quedan en la casa de los padres hasta que son mayores... Yya escuché al fondo uno que auguraba: «Aviono científico».

Y claro, cuando miré vi a cinco solteros de siete clientes, a cuatro de más de cincuenta que viven con madre y a tres de muy mala hostia...
– Bueno, ¿un tute?

Y así libré, por los pelos.
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