Corro de Las Manzanedas: ¡¡¡Dios!!! que se lo dejen ver a Nicasio

Gesta de Bulnes, que derrotó por primera vez en Liga a Clemente y ganó el corro, junto a ‘El Guerrerín’, ‘Tomasuco’ y Rodrigo

Fulgencio Fernández
22/09/2015
 Actualizado a 19/09/2019
Esta victoria de Rubén Fierro, ‘Rubo’ de Valdorria, frente al líder de medios, Moisés Vega, impedía a este último ganar matemáticamente la Liga.| MAURICIO PEÑA
Esta victoria de Rubén Fierro, ‘Rubo’ de Valdorria, frente al líder de medios, Moisés Vega, impedía a este último ganar matemáticamente la Liga.| MAURICIO PEÑA
Corro de romería, a la sombra del Santuario y su árbol, la gente tira los platos de la paella al contenedor y marcha para el corro. Hay concentración de viejos luchadores, siempre, es como otra tradición. Comen juntos, cenan por la comarca, se sientan juntos, comentan, los habituales les explican a los no tantos, le ponen a la nueva lucha palabras viejas. Las del local Bandera, Manolo El Molinero, Felipe León, Frumencio El Águila Rubia, El Suave, Felipe Tascón Cerillín, El Faraón, Gallego Coca o Miguel el de Campohermoso y tantos que alguna vez se agarraron al cinto o la cintura. Cada cual con una historia detrás.

Estaba luchando Alejandro Franco, El Halconero, ese chaval que siempre hace cosas bonitas pero no tiene peso, tampoco excesiva cabeza.

– ¡Qué bien lucha ese guaje!; dice Bandera, un ex algo olvidado que ganó en este corro en 1968.
– Bueno sí, lucha, pero es un cuchiflito; explica El Águila Rubia, que se pierde pocos corros.

Dani del Blanco pierde una nueva final ante un Ibán que suma un nuevo corro cuando ya es el campeón Es un corro con mucho ángel este de Las Manzanedas, sobre todo cuando encuentra una tarde como la de ayer. Suele tener, además, la duración justa, dos horas y media ayer, lo que propicia que nadie se mueva del graderío.

Y ayer era fundamental no moverse del sitio pues lo más bello, al menos lo más emotivo, se produjo al final, en la recta final y en el combate final, con un protagonista inesperado:Roberto Rodríguez Bulnes, al que muchos llaman El Potrillo de Riaño. Un chaval que lleva muchos años en la lucha, siempre ahí, dando guerra. También él pasó este año de semipesados a pesados y sin grandes alharacas ahí está, el tercero de la general y el cuarto en ganar un corro en pesados, después de Clemente, El Guanche y El Oso... Yél, el chaval de Nicasio.

Y es que la lucha permite no solo conocer a los históricos que están en la grada, también a los no históricos, a los aficionados fieles, porque además de espectadores son un paisano de un pueblo y se habla de ellos como «ese de bigote que juega muy bien a los bolos», «el del bar» o «el chófer del coche de línea de Riaño», que era el caso de Nicasio, un clásico de las gradas, un ferviente defensor de Ernesto y un tipo nervioso, incapaz de permanecer quieto en su asiento. Iba de lado a lado del graderío. Los chavales (Guillermo, que lucha en medios, y Roberto) aún daban los primeros pasos cuando ese corazón nervioso le falló. Por eso ayer cuando Roberto levantó el dedo al cielo entre los más veteranos se repitió la misma frase en diversos rincones del corro:«Si lo viera hoy Nicasio».- ¡¡¡Dios!!! Que se lo dejen ver a Nicasio, allá donde esté.Que le dejen ver a Nicasio el primer combate de cuartos de final. Clemente Fuertes, El Junco de Tendal, contra Roberto Rodríguez Bulnes, El Potrillo de Riaño. Clemente ha vuelto de su lesión y ganó los dos corros del fin de semana, se ha hablado mucho de ello. Roberto sale con la cabeza agachada, como siempre, tramando algo, confiando en sí mismo, que eso nunca le falta. Se agarran, Bulnes no lo duda va a por él y le da la primera caída. Media. Se agarran y llega la caída que calienta los ánimos. Es rápida, fulminante, Roberto aparece encima pero los árbitros le pitan suelta, suenan pitidos en la grada, otros asienten, Roberto tuerce el gesto pero no se quiere descentrar, sigue. Se agarran. Dos medias más, una para cada uno, complicadas, los ponen ante la hora de la verdad.Se agarran. Roberto no lo piensa, busca la caída definitiva, mueve a Clemente, inicia la cadrilada, tranca y lo lleva.– ¡Qué güevos chaval! Lo dicen cerca de mí dos personas diferentes, al unísono. Clemente no dice nada. Roberto tampoco, sabe que la faena está todavía a medias y no quiere «segar para que otros hagan la cosecha», como le pasó, por ejemplo, a Rubo. No era fácil la semifinal, con Bahíllo, pero Bulnes la supo sacar adelante con oficio. Ya estaba en la final. Se sentó a esperar mientras Caberín y Avelino dilucidaban quién se medía a él. Empataron a cero, fueron a la caída de oro y cuando Avelino arriesgó pensando que le darían perdedor Abel Isaí le supo trabar a la contra.Ya había final. Caberín-Bulnes. Si hubiera casas de apuestas seguro que Abel era favorito, volvía a estar ante la posibilidad de ganar su primer corro de esta Liga, de acercarse a Clemente más... Yno deja de ser Caberín.Pero Bulnes hizo una final de libro. Primero trabó la mediana (¡cómo le gusta!)y como Abel la aguantaba se ayudó con un garabito y la llevó. ¿Yahora? Pues a agarrarse y cuando todos esperaban que buscara trabar una nueva mediana sorprende con una cadrilada fulminante, Caberín no la aguanta, tampoco logra darse la vuelta.- ¡Qué guevos chaval!;y son otros los que lo dicen ahora.Caberín (la lucha le debe una victoria este año, está siendo muy injusta con el de Valdearcos) lo levanta rápido, para que no se vaya nadie sin aplaudir su gesta. En la grada se vuelve a repetir «si lo viera Nicasio». Yel chaval señala al cielo, «para el de siempre, que no hace falta decir quién es», y quiere añadir a otro:«Amador, el abuelo de Héctor, al que nunca le faltaba un consejo que darme en los corros».Dicho queda, chaval.Roberto «no segó para que otros recojan», como le había pasado a Rubo, que cada día encandila a más gente, con su lucha alegre, con su forma de estar en el corro, con una sonrisa que no le niega a nadie. Ayer hizo la siega de medios tirando, y bien, con fuerza y lucha, con maña y arte, a Moisés y de paso impidiéndole al de Cistierna que pudiera ganar la Liga matemáticamente. Pero la cosecha la hizo su amigo Tomasuco, que le derrotó en una final donde uno de esos ilustres anunció antes:«Al de Valdorria le va a pesar la chaqueta que se metió con Moisés». Y acertó.Bueno, la chaqueta y la calidad de Tomasuco, que no es ningún secreto, y como anunció en el primer voleo de una final que se llevó fácil.En semipesados hay faena todavía. Rodri viene como una moto y Fernando administra la ventaja. El juvenil Cristian demostró que viene para quedarse pero cayó ante un Guti más ‘trallado’.Clemente pareció sorprendido ante la actitud tan valiente de Bulnes, que no rehuyó jamás la batalla Se vieron en la final Rodri y El Rubio. Fue bonita pero La Perla de Cistierna está muy bien (pese al tropiezo con Cristian en Sahechores) y ganó sin darle ninguna opción a un Fernando que no quiso tirar ni de ironía. «No es que haya tenido suerte de la mala, es que Rodri es muy bueno, habrá que seguir».En ligeros, como viene siendo habitual en las últimas citas, convencieron a los espectadores de que es bueno que se queden a base de buena lucha, de mañas bien dadas, como las del juvenil Javi Sancho, que ayer competía por Palazuelo de Torío, la tierra de su madre.Ibán y Javi se volvieron a respetar, empataron a cero y decidió una pasividad que le pitaron a Oblanca que algunos protestaron de manera casi airada, como Gallego Coca. «No lo puedo creer».Y en la final se volvió a meter Dani del Blanco con Ibán. Y el de Taranilla volvió a luchar bien. Yel mayor de los Del Blanco, el profe, perdió una final más y volvía a sonreír. «¿Qué hago?».
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