Meigas y sanación en el arte de Reme Remedios

Tanto de sus palabras como de la contemplación de su obra plástica nos permite intuir en la artista ese carácter gallego tan próximo a lo mágico

Mercedes G. Rojo
26/02/2019
 Actualizado a 18/09/2019
La artista frente a su proyecto 'Rotura'. | L.N.C.
La artista frente a su proyecto 'Rotura'. | L.N.C.
"Las nieblas se lo han tragado todo. Estoy en el estómago de una de ellas. Negocio el miedo con sombras de ángeles y ciervas preñadas...". (Reme Remedios. Artista plástica). Así se expresa Remedios Fernández Carrera, Reme Remedios para el mundo artístico (Romiña, Ourense, 1972) ante la exposición de sus dibujos que desde el día 16 podemos ver en la galería Ármaga de León. Tanto sus palabras como el hecho de enfrentarnos a su obra plástica nos permiten intuir en ella ese carácter gallego tan próximo a lo mágico desde el que son posibles las visiones de los seres más fantásticos o se puede escuchar el canto de seres no palpables deslizándose por la umbría de sus bosques, magia tampoco ajena a las tierras bercianas en las que lleva años instalada, un lugar (Corullón) desde el que crea y piensa muchas de las ideas artísticas en las que luego involucra a otras personas.

Descubro personalmente a Reme Remedios preparando una exposición de escultoras leonesas dentro del marco 'Homenaje a la mujer artista' del astorgano 'Marzo en femenino' de 2015 (el último de estas características que se celebraría). Me llama la atención de ella la capacidad de elevar a la categoría de arte esas habilidades que durante siglos han tratado de inculcarnos a las mujeres como propias de nuestra condición quitándole, por cotidianas, todo carácter artístico: la costura, el bordado, el ganchillo,…; habilidades con las que convive desde niña a través de las mujeres que la rodean y de ella misma y que, rebelándose contra tal condición, acaba por convertir en parte de su arte de tal manera que reconoce "entiendo que no llegó la costura a mi obra, sino que la obra se ha ido conformando alrededor de lo que tengo adquirido como habilidades, placeres en el hacer". Y es que, reconociendo costura y bordado como "una forma de comunicación y escritura en mi infancia" llena su hacer creador de la presencia de la mujer y su obra, dotándola – dice– de una importante "carga autobiográfica" a través de la cual pretende "la revisión del concepto de mujer como construcción social, de la relación con el instinto, la animalidad, la intuición, con la naturaleza orgánica y sus ciclos. La inmersión en los procesos emocionales y sanadores, las meigas". De todo ese proceso creativo surgen obras como 'Relicarios', 'Canciones de luna y cuna', o la serie 'Chorar', en las que la presencia del mundo femenino se hace rotundo en cuanto expresión de su sexualidad, de sus emociones, de sus búsquedas; como nos dice: "con una rotundidad que me ayuda a desmigar el condicionante aprendido para encontrar un espacio de auténtico ser, de nuevas fórmulas, otras preguntas".

Además de artista es Reme Remedios terapeuta formada en técnicas de gestalt, y es precisamente la combinación de ambas circunstancias la que la ha llevado a pensar y sentir sus obras como (tal como ha dicho la crítica de arte Pilar Bonet) "herramientas para fomentar y compartir el desarrollo del potencial humano,… como forma de reinvestigación constructiva de los espacios de autoconciencia". Cuando crea, Reme se busca a sí misma en cada pieza, escudriña en su vida y en sus experiencias tratando de comprender su propio proceso vital. Y al tiempo nos enfrenta con el nuestro. Es por eso por lo que una no puede quedarse impasible frente a las piezas que se nos ofrecen a la vista, mujeres que se nos muestran rodeadas de simbología, que fluyen entre lo real y lo imaginario, que se rodean del color que no nos transmiten sus cuerpos desnudos, que lloran por cada parte de su cuerpo porque tal vez es en realidad el alma la que llora: "nos llora el alma, decimos. Otras llora el cuerpo, como si llorase solo, sin queja; como el derretirse natural de un pedazo de hielo al que le llega la primavera".

Su trabajo artístico, en el que Reme Remedios sigue ahondando día a día en busca de su propia toma de conciencia, lo comparte la artista con la gestión del espacio Dosmilvacas, en Ponferada, un espacio dedicado a encuentros, terapias y exposiciones, donde el arte se comparte colectivamente en una diversidad de experiencias en las que, de nuevo según Pilar Bonet, la artista deja traslucir que "pertenece a una nueva ola del feminismo del siglo XXI, la que retoma las riendas de la vida en el planeta Tierra desde la voz materna y la sabia escritura en femenino".

Ahora podemos contemplar por unos días una muestra de sus dibujos que nos hablan de lo que se esconde en lo más recóndito de su ser, aunque no deberíamos dejar de interesarnos por esos otros proyectos basados en acciones colaborativas, concebidas para ser efímeras, que "forman parte de un gran círculo de mujeres sensitivas que bordan, escriben o dibujan sin presión artística, alejadas del mundo académico y la historia del arte patriarcal, en una ruta de exilio interior como forma de encuentro y reparación del alma".
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