Loor a su orujada santidad

El Entierro de Genarín sale desde la Plaza del Conde Luna para honrar al famoso pellejero, el mito que cada noche de Jueves Santo logra congregar a miles de personas al calor del orujo y de los versos burlescos

David L. Mirantes
13/04/2017
 Actualizado a 17/09/2019
La procesión pagana del Entierro de Genarín es uno de los actos más multitudinarios de estos días en la capital leonesa. | DANIEL MARTÍN
La procesión pagana del Entierro de Genarín es uno de los actos más multitudinarios de estos días en la capital leonesa. | DANIEL MARTÍN
"¡Silencio! ¡Mucho silencio! Este acto así lo exige». Lo dejó escrito el poeta y evangelista de Genarín Paco Pérez Herrero en el XXVII aniversario de la muerte del pellejero Genaro Blanco, el borrachín que como todo el mundo sabe, según cuenta la leyenda, fue atropellado traumáticamente por el primer camión de la basura a la altura del tercer cubo de la muralla de la Carretera de los Cubos. Sin embargo, el ruego del poeta rara vez es atendido por los fieles de esta procesión pagana que en esta noche tomará la bullangueras calles del Húmedo. Rito controvertido donde los haya, este año se presenta con importante novedades. La plaza del Conde Luna será el lugar de partida del cortejo en sustitución de la Plaza del Grano, el lugar donde, según la tradición genariana, en la noche del Jueves Santo de 1929 el evangelista y los apóstoles, –Pérez Herrero, Nicolás Pérez ‘el Porreto’, Eulogio ‘El gafas’ y Luis Rico–  vieron por última vez al pellejero rondando la taberna del Tío Perrito. La Cofradía de Nuestro Padre Genarín justifica el cambio en la salida, «una decisión difícil» consensuada con el Ayuntamiento, en la conservación de la Plaza del Grano, en el centro del debate municipal por las obras que el Ayuntamiento ha anunciado para el enclave. La intendencia del desfile obliga al uso de un camión que otros años accedía a la plaza. Para evitar los posibles daños que el peso del vehículo podría ocasionar la Cofradía ha decidido cambiar temporalmente –hasta que la plaza vuelva a estar en condiciones– el lugar de inicio de uno de los actos más seguidos que se celebran en León en estos días.

Tras dejar la plaza del Conde Luna, la comitiva bajará por Azabachería hasta Cascalería para enfilar la plaza de Don Gutierre desde donde seguirá el itinerario habitual entre libaciones del elemento sustancial de la celebración, el orujo, e imprecaciones a las bebidas azucaradas: «¡Coca-Cola asesina, el orujo al poder!».

Los evangelistas, la muerte, la cuba, la Mocha, y el propio Genarín se detendrán en la calle de La Sal donde el abad contará los treinta pasos «ni uno menos, ni uno más». A la luz de las antorchas de cientos de cofrades la comitiva se detendrá para la siguiente parada poética ante La Catedral para arropar a la Pulchra Leonina con los «cien mantones de manila» que Pérez Herrero colgó «desde sus flecos de las piedras de sus bóvedas». Al ritmo de la dulzaina y el tambor, el Entierro se trasladará hasta la Carretera de los Cubos donde el hermano colgador se aupará hasta lo alto del tercer cubo para presentar la tradicional ofrenda de pan, naranjas, orujo y queso, adornada con una corona de laurel, en el lugar exacto donde Genarín perdió la vida.

Será el momento mágico de la lectura de la encíclica, que este año declamarán las poetisas Clara Martínez y Marta Cordero, autoras del poema ‘Apocalipsis, fin de la Historia’, ganador del VII Certamen Genariano de Versos Burlescos. Entonces, el original sepelio se detiene y «ruge el trueno, se abre el cielo desde la Plaza del Grano, comienza el Apocalipsis ordenado por Genaro». Inspiradas por Pérez Herrero y al dictado del orujo, la voz de las poetisas saldará deudas históricas para resucitar por unos instantes a ‘la Anselma’ o a la mismísima doña Sancha.

Habrá tiempo para un rima más antes de recoger la procesión con el último brindis «siguiendo sus costumbres, que nunca fueron lujo, bebamos en su memoria, una copina de orujo».
Archivado en
Lo más leído