"Lo de mezclar estilos es algo natural para mí porque nunca me gustó encasillarme"

La noche de hoy jueves promete magia y un viaje a Saturno. De ello se va a encargar Julián Maeso (Toledo, 1976) en el concierto que ofrecerá en El Gran Café a partir de las 22:00 horas (entradas anticipadas a 8 euros y 10 en taquilla). El pasado año dejó de cantarle a la tristeza a través de un fabuloso álbum de rock setentero combinado con funk, country y toques de jazz. Hoy llega a León para mostrar las canciones de este ‘One way ticket to Saturn’. Y Julián nunca defrauda.
         
– Menudo disco publicó usted en 2014. Enérgico y revitalizante. ¿La melancolía ya quedó atrás?
– Bueno, todos tenemos en la vida momentos más tristes o melancólicos. Mi álbum anterior fue el resultado de una de esas épocas y por eso el blues fue la nota predominante. Pero ahora tocaba espabilar. Aquel disco costó mucho sacarlo, funcionó muy bien y desde entonces las cosas han evolucionado. Era el momento de hacer algo con más fuerza y optimismo.

– La palabra ‘crisis’ sigue atormentándonos. Usted es un experto en aquello de resistir...
– No queda otra. En tiempos de crisis, a la gran mayoría lo único que nos vale es seguir currando y acostumbrarnos a vivir con poco. En la música, por ejemplo, son pocos los grupos que pueden permitirse el lujo de vivir sólo de sus canciones y conciertos. Los músicos ya estamos habituados a eso. El problema es la crisis de valores que azota al mundo en general con un sistema destinado a que unos pocos se aprovechen del resto. Sólo nos queda seguir trabajando y hacerlo siempre lo mejor posible.

– Y a usted eso de currar le está funcionando muy bien. Rezaba el título del disco que publicó en 2012 que los sueños se habían esfumado (‘Dreams are gone’). Ahora que el éxito le sonríe, ¿le ha vuelto la ilusión?

He tenido la suerte de compartir escenario con músicos a los que admiraba, algo que me ha permitido seguir aprendiendo– Digamos que las circunstancias han cambiado a mejor. La ilusión me la da, sobre todo, haber conseguido un gran equipo de compañeros con los que trabajar, además del apoyo de Sony, mi discográfica. Gracias a ellos puedo lanzar mi mensaje al público y contar cómo veo la vida. Así todo es más fácil.

– ‘One way ticket to Saturn’ ofrece una sensacional mezcla de estilos que usted realiza con una naturalidad pasmosa. ¿Un reflejo de lo que Julián Maeso escucha en su casa?
– Lo de mezclar estilos es algo natural para mí. Nunca me ha gustado encasillarme en un tipo de música concreto, aunque lamentablemente este país es muy dado a dividir la música por sectores, algo que se hace visible en los festivales. Eso en EEUU, por ejemplo, no ocurre. Allí te puedes encontrar en un mismo festival a grupos de diferentes estilos y eso enriquece a la audiencia. Yo en mi casa escucho casi de todo. Te podría citar a infinidad de artistas que me gustan...

– Ya me imagino, y además usted ha colaborado con algunos de ellos. M-Clan, The James Taylor Quartet, Ken Stringfellow, Paul Weller, Quique González, Neneh Cherry… Menudo bagaje, oiga.
– Sí, la verdad es que tanto con The Sunday Drivers como ahora en solitario, he tenido la suerte de compartir escenario con músicos a los que admiraba, algo que también me ha permitido seguir aprendiendo.

– ¿Hay nuevas canciones rondando ya en su cabeza?
– Algunos temas nuevos tengo en mente, sí. De hecho en marzo tengo previsto ir a EEUU para estar allí una temporada. Lo que busco es coger aire fresco, empaparme de buena música y quizá grabar nuevo material. Eso sí, la gira de este disco seguirá activa durante todo el año.  

– Le veo con ganas pero aún así se lo pregunto: ¿Son malos tiempos para la cultura?
– La música y la cultura en general están supeditadas más que nunca al negocio, que además sólo beneficia a unos pocos. Y luego hay que tener en cuenta que al poder no le interesa una sociedad culturizada. Cuanta más educación y cultura tiene un pueblo, más consciente es de lo mal que lo hacen sus gobernantes. A menos cultura, más fácil es la manipulación.

– Y para rematar, el maldito 21% de IVA…
– Eso ha supuesto el cierre de muchas empresas y nos hace la vida más difícil. Y luego resulta que los políticos que nos ponen ese impuesto se toman un café o una cerveza a 50 céntimos en el bar del Congreso de los Diputados. Por no hablar de las dietas y demás. Es un cachondeo.

– Venga, si le parece vamos a terminar con unas preguntas más livianas, que no quiero que se ponga de malhumor. ¿Se defiende usted en la cocina?
– No soy buen cocinero. Me las apaño pero no se me da bien.

– ¿Última película que ha visto en el cine?
– Uf, no lo recuerdo. Le puedo decir la última que vi en DVD en uno de los viajes de esta gira. Fue la de ‘Noé’, de Russell Crowe. Me gustó.

– ¿Algún libro con el que esté ahora mismo?
– El de los acordes de piano, que nunca lo dejo de mirar (risas).

– ¿Es usted futbolero?

Al poder no le interesa la cultura. Una sociedad culta es más consciente de lo mal que lo hacen sus gobernantes– Sí, se puede decir que sí. No soy un enfermo del fútbol pero me gusta ver los partidos de mi equipo, el Atlético de Madrid.

– Pues ya somos dos colchoneros. Pero esta noche no podrá ver usted el partido de Copa frente al Madrid, que tiene que deleitar a la parroquia leonesa…
– (risas) Lo sé, lo sé. Y ya les digo a los leoneses que el concierto de esta noche va a merecer la pena.

– Estamos en año electoral. ¿Qué opinión le merece Podemos?
– Bueno, es una alternativa que todavía está por ver cómo funciona. Yo creo que su aparición es algo positivo aunque sólo sea por el hecho de hacer frente al bipartidismo de PP y PSOE. Durante los últimos años muchos sinvergüenzas se han llevado el dinero, han jugado con la gente y lo importante es que salgan del poder lo antes posible.  

– ¿Un deseo personal para este 2015?
– Salud. Para mí y para todos. Sin salud no hay nada.