León, cuna de 'influencers'

Unos cuantos miles de seguidores es la receta principal de esta nueva profesión de moda entre los jóvenes en las redes sociales. Esta tendencia no pasa de largo por la provincia leonesa

Ical
26/08/2017
 Actualizado a 19/09/2019
La youtuber leonesa, Sandra Borges. | ICAL
La youtuber leonesa, Sandra Borges. | ICAL
La palabra 'influencer' puede que sea conocida para la mayoría de jóvenes y adolescentes de Castilla y León, pero lo cierto es que para el resto de la sociedad todavía es desconocida. La RAE no recoge este término pero si se rebusca por las webs se encuentra el término definido como 'persona que cuenta con cierta credibilidad sobre un tema concreto y por su presencia e influencia en redes sociales puede llegar a convertirse en un prescriptor interesante para una marca’.

Aunque existe multitud de ámbitos donde ser un 'influencer', uno de los que más importancia tiene y dónde existen mayor número de prescriptores es el de la moda. El principal motivo es que este ámbito posee varias posibilidades, desde pantalones o camisetas a zapatos o playeros, pasando por relojes o collares.

Dentro del concepto se podría hacer una subdivisión según la plataforma en la que se trabaje: youtuber- Youtube, instagramer- Instagram, blogger- un blog. Aunque muchos de estos jóvenes influencers trabajan y comparten contenido en varias de estas plataformas.

Para la mayoría de 'influencers' lo que empezó siendo una afición se ha convertido en su trabajo diario, hacerse sesiones de fotos es el pan de cada día y recibir regalos de las marcas a las que representan es algo habitual. Además de ser un trabajo ameno, que no requiere de gran cualificación, está muy bien pagado. Según fuentes del sector las ganancias serían, en el caso de una publicación en Twitter o Facebook, entre 80 y 100 euros por post en caso de tener 10.000 fans-impresiones; 300 euros para 50.000 seguidores y hasta 3.000 para medio millón. En el caso de Instagram (mucho mejor pagado): 120-150 euros por foto para 10.000 fans; 500 euros por 50.000 impresiones y, a partir de 2.500 euros en el caso de tener más de medio millones de seguidores. Pero sin duda, los que más perciben son los videos de Youtube: entre 150 y 300 euros por 10.000 seguidores y 10.000 euros por medio millón de followers.Aunque los principales 'influencers' residan en Madrid o Barcelona, Castilla y León también es fuente de algunos de ellos. Luis Giralda, Sandra Borges, Andrea Azores o Cristina Parra entre otros, pueden resultar nombres desconocidos para la mayoría de la gente pero para los jóvenes de la Comunidad son referentes en relación con la moda o la ilustración.La mayoría de estos jóvenes entraron en el mundo 'influencer' por casualidad, muchos simplemente se dedicaban a subir fotos suyas a la red social Instagram sin pensar que detrás de la pantalla habría algún representante de marca que vería su foto y pensará en él para colaborar. Así lo afirma Luis Giralda de Valladolid: “Mi primera colaboración fue algo sorprendente e inesperado. Comencé subiendo fotos en mi Instagram con gafas de sol de la marca Hawkers, esas fotos gustaron a la marca y me ofrecieron poder ser embajador y seguir subiendo fotos con más gafas, así comencé mi carrera como embajador de campus de Hawkers en Valladolid. Y de esta forma mi popularidad se amplió poco a poco, siendo embajador y representante de más marcas como Daniel Wellington, Happy Socks, etc”.Otros como la salmantina Andrea Azores fueron descubiertos por las marcas gracias a un blog: “Tengo el blog desde hace unos seis años, al principio estaba muy enfocado al maquillaje y cuidado personal. Hacía publicaciones sobre los productos que eran adecuados para cada tipo de piel, como maquillar los ojos en función de su forma... Y por entonces me contactó mi primera colaboración que además es una marca de cosmética que me gusta especialmente, y me envió un set de maquillaje con productos de su última línea. Ya había oído de la existencia de colaboraciones de bloggeras con las marcas pero yo acababa de empezar en el mundillo y para mí fue una maravilla”, comenta la joven.

El número de seguidores empezó para unos de manera gradual, sin una causa aparente hasta que alcanzaron una cifra importante, como indica la vallisoletana Cristina Parra: “Desde que llegué a los diez mil seguidores he notado que me llamaban más marcas y que los seguidores suben más rápido”. En otros casos como el de Andrea Azores el hecho de mejorar la calidad de las fotos y de hacerlas más profesionales motivó que aumentaran el número de colaboraciones y de esta forma también los seguidores.

Tanto para Luis Giralda como la leonesa Sandra Borges el número de seguidores no crece en situaciones concretas, sino que es fruto del trabajo y la constancia, aunque reconocen que a veces la realización de sorteos es una buena estrategia para aumentar los followers. Además Giralda añade: “Lo importante es mantener tu público y para ello es necesario estar constantemente actualizado y al día”.

Todos coinciden en que, aunque lo deseaban, nunca se habían imaginado colaborar y trabajar para las marcas que sirven hoy en día. Para Sandra Borges “es una manera estupenda de descubrir productos y poder probarlos” y Luis Giralda añade que además de ropa puedes probar a hacer colaboraciones con hoteles o restaurantes, lo cual es otra forma de colaboración que le gusta especialmente.

El estilo de vida de estos jóvenes es el mismo que antes de ser conocidos en las redes sociales, las únicas variaciones que han experimentado han sido acudir a algunos eventos, recibir productos de manera gratuita o que sean reconocidos por la calle... En general se mantienen con los pies en la tierra y saben que las cosas pueden cambiar en cualquier momento.

Estos jóvenes explican que para que las marcas contacten contigo, una buena receta es contar con una cifra significativa de seguidores, que sea una cuenta activa que interactúe con ellos y tener una imagen afín con el producto que vas a publicitar. Además para algunas marcas haber realizado colaboraciones con anterioridad es otro de los requisitos.

La mayoría de ellos estudia y alguno trabaja, por lo que sacar tiempo para contestar correos electrónicos, cuadrar eventos u organizar las publicaciones de la semana resulta algo complicado de compaginar con los exámenes o trabajos, pero explican que “si haces lo que te gusta y te organizas puedes compaginar ambas cosas sin ningún problema”. Mirando de cara al futuro todos sueñan con dedicarse a este mundo y compaginarlo con otros proyectos personales.
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