La primera piedra... vieja

El Castro de la Cuesta (Cabrera) ha sido objeto de una excavación en el pasado verano para valorar la posibilidad de nuevos proyectos en él, los resultados evidencian la necesidad de nuevas investigaciones en la zona

Fulgencio Fernández
17/09/2018
 Actualizado a 19/09/2019
Un momento de los trabajos de excavación llevados a cabo el pasado mes de agosto con prometedores resultados.
Un momento de los trabajos de excavación llevados a cabo el pasado mes de agosto con prometedores resultados.
En el pasado mes de agosto un equipo de investigadores ha desarrollado una breve actuación arqueológica en el castro de La Cuesta (Truchas) para valorar el potencial del yacimiento para proyectos más ambiciosos y comprender la evolución histórica del poblado. El equipo estuvo dirigido por Andrés Menéndez Blanco y contó con la participación de Valentín Álvarez Martínez, con una amplia experiencia en arqueología de la Edad del Hierro y romana, David González Álvarez, investigador del Instituto de Ciencias del Patrimonio del CSIC, y el estudiante Aitor Merino Vázquez.

Hace 35 años, desde que se excavó en Corporales, que no se trabajaba en una zona que pide más atención Desde que en 1983 se realizara la última campaña de excavaciones arqueológicas en los castros de Corporales (Truchas) no se había vuelto a actuar en ningún otro poblado fortificado de la Edad del Hierro y la época romana de la Cabrera Alta. En estos 35 años transcurridos no han faltado autores que documentaron numerosos asentamientos nuevos en el valle del río Eria; también se ha avanzado en el estudio de la minería romana de la comarcapero la renovación de la arqueología castreña y romana en el Noroeste ibérico durante las últimas décadas reclamaba retomar las investigaciones sobre el terreno para incluir los castros cabreireses en los vivos debates de la Arqueología actual, donde las nuevas metodologías permiten hoy obtener informaciones que hace unas décadas era impensable analizar.

De ahí este trabajo en El Castru, un poblado fortificado envuelto por dos imponentes fosos defensivos que encierran un recinto con un tamaño equivalente a un campo de fútbol, un poblado que parece que desempeñó un importante papel en relación con la intensísima actividad minera que desarrolló el Imperio Romano en la comarca.

Para comprobar esta hipótesis se excavó un pequeño sondeo arqueológico que ofreció muy positivos resultados a juicio de los investigadores. La gran cantidad de materiales localizados desbordó las primeras expectativas de los investigadores, particularmente debido a la recuperación de un volumen notable de fragmentos cerámicos. La excavación dio de lleno con una estancia de almacenamiento de época romana, a juzgar por la abundancia de grandes contenedores de cerámica o piezas singulares como la pesa de una balanza.

Hasta el momento el yacimiento tan solo ha ofrecido una muestra limitada de la envergadura de su potencial para el conocimiento de la comarca de Cabreira en la antigüedad, pero realmente está todo por descubrir. La excavación fue realizada en una pequeñísima porción de la extensión total del gran recinto castreño.
Otra razón para que las administraciones locales apuesten por estudiar este yacimiento es su situación en plena ruta turística del ‘Camino Carretero’, que unía antiguamente los pueblos de La Cuesta y Cunas, ya señalizado pero oculto por la espesa vegetación silvestre crecida en los últimos años.
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