La pieza leonesa del museo del Prado

Parte del artesonado de la desaparecida iglesia de Santa Marina de Valencia de Don Juan está desde el año 2013 en el Museo del Prado. La Panera de Gordoncillo acoge una pieza del artista que lo desmontó, el premiado arquitecto Enrique Neure

Fulgencio Fernández
09/10/2016
 Actualizado a 12/09/2019
La parte del artesonado de la Iglesia de Santa Marina de Valencia de Don Juan que puede verse ahora en el museo del Prado.
La parte del artesonado de la Iglesia de Santa Marina de Valencia de Don Juan que puede verse ahora en el museo del Prado.
Puede resultar curiosa la biografía de Enrique Neure, que siempre comienza diciendo que es "arquitecto y carpintero". Suele añadir que es como "el especialista más importante de Europa en la carpintería de lazo y fue el primer galardonado con el premio Marqués de Lozoya". En estos días ha vuelto a ser noticia porque acaba de sumar otro importante galardón internacional (el Premio Rafael Manzano de Nueva Arquitectura Tradicional), uno más. Pero esta noticia, en apariencia lejana pues Neure es valenciano, desencadena unas ramificaciones vinculadas a León, más concretamente a Gordoncillo y Valencia de Don Juan.

En Gordoncillo porque el Museo de la Industria Harinera (La Panera) exhibe ahora mismo una pieza de Neure, integrada en Ars Mechanicae, y en Valencia de Don Juan porque este artista/artesano fue precisamente quien desmontó el espectacular artesonado de la desaparecida iglesia de Santa Marina de Valencia de Don Juan y que una de sus piezas fue a parar, ni más ni menos, que a la primera pinacoteca del mundo:El Museo del Prado, allí llegó "el 29 de enero de 2013, como parte de la colección Várez Fisa donada al Museo del Prado y que ocupa una de las salas de la ampliación realizada por Moneo. Según fuentes del propio Museo del Prado: El gran artesonado procedente de Valencia de Don Juan (León), de hacia 1350, es una pieza singular de 11 x 6 metros, que cobijará al resto de las obras donadas por José Luis Várez Fisa en la sala dedicada a su colección";según relataba entonces el historiador Javier Revilla, natural de Valencia de Don Juan y, curiosamente, hoy director del Museo de la Industria Harinera. Este viernes, al unir todos estos cabos decidía sobre la marcha cambiar ‘La maqueta de la semana’ de Ars Mechanicae para que éste fuera precisamente la pieza que se exhibe del premiado Enrique Neure y que "representa la construcción de una armadura de lazo o mudéjar en una iglesia medieval".

Carpintería histórica

Señala Javier Revilla sobre Neure que "desde la década de los 80 del pasado siglo dedica mayoritariamente su actividad a la restauración monumental y a la docencia, con una especial dedicación a la carpintería histórica. Sus trabajos e investigaciones han permitido recuperar el saber sobre este tema, que se había perdido desde el siglo XVIII. Con el fin de difundir sus hallazgos y de evitar que estos conocimientos vuelvan a caer en el olvido, se ha dedicado muy activamente a la enseñanza del oficio, formando a toda una nueva generación de carpinteros de lo blanco, y ha escrito numerosos libros y artículos en los que desentraña sus antes velados principios".

Otra de sus facetas más valoradas es la importante labor realizada "diseñando y construyendo nuevas estructuras de madera tanto en edificios de nueva planta como en edificios históricos. Buenos ejemplos de ello son las nuevas armaduras de las galerías del patio del Alcázar de Toledo, la recuperación del chapitel de iglesia de La Solana, o el desmontaje, traslado e instalación posterior en el Museo del Prado de Madrid, del alfarje perteneciente al coro de la desaparecida iglesia de Santa Marina de Valencia de Don Juan".

La obra que Neure tiene en Gordoncillo reproduce con todo detalle el proceso de construcción de una iglesia mudéjar, como si se tratase de una fotografía en 3 dimensiones tomada en el siglo XV durante unas obras de este tipo que tanto proliferaron en la España de aquel momento. Las armaduras de lazo supusieron una revolución técnica aplicada a la arquitectura ya que iniciaron lo que hoy conocemos como ‘prefabricación’. Así, permitía construir techumbres por trozos: faldones completos o divididos en módulos manejables que se podían trabajar en el suelo para mayor comodidad y luego elevar y colocar en su posición definitiva, eso sí, siendo muy precisos en cuanto a la aplicación de los diseños geométricos y las medidas.

Todo un mundo que ahora mismo podemos contemplar en la pieza que uno de sus grandes especialistas tiene en Gordoncillo y que por conexiones laterales nos trae a la memoria otra de esas piezas que se nos ha ido, el artesonado de Santa Marina, una de esas joyas de un patrimonio en el que es muy rica la provincia de León, con valiosos artesonados en pequeñas localidades como Valdesaz de los Oteros o Villacé (ambos declarados BIC), pero también en Fresno de la Vega, Grajal de la Ribera, Velilla de los Oteros, Villamandos, Grisuela del Páramo, Villamuñío...
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