García Millán: "Luna de Cortos es un acto poético"

El actor murciano se trasladó este fin de semana a Veguellina para recoger el Premio Honorífico de ‘Luna de Cortos’. Durante su estancia remarcó que "estas iniciativas pequeñas en apariencia son muy grandes"

Patricia Ferrero
07/08/2017
 Actualizado a 10/09/2019
El actor como espectador de la gala, en la Plaza Elena Santiago. | P.F.
El actor como espectador de la gala, en la Plaza Elena Santiago. | P.F.
El actor murciano Ginés García Millán se desplazó a la localidad leonesa de Veguellina de Órbigo este fin de semana para recoger el Premio Honorífico a la trayectoria de la IV edición del Festival ‘Luna de Cortos’. Un humilde reconocimiento que el artista recibió con las mismas ganas, ilusión y emoción que si el galardón viniera de San Sebastián. Y lo demostró tanto en la propia gala del viernes como durante su estancia en la villa ribereña. Pero es que, para el actor, este festival, «que aparentemente es algo pequeño, en un pueblecito leonés, en realidad es muy importante. Siempre digo que estas cosas son actos poéticos, porque que la gente pueda disfrutar de estos cortos, de realizadores jóvenes e ilusionados, que puedan compartir eso, que podamos venir actores que llevamos una trayectoria… Se establece una comunión entre los artistas y los espectadores, y estas iniciativas pequeñas son en verdad muy grandes». Para el actor, «las cosas no se miden por su tamaño, sino por el amor que se les tiene», según relató a este periódico. Y no fueron palabras vacías, las acompañó con hechos. Uno de ellos fue que el viaje a la localidad ribereña lo hizo en compañía de sus padres, a los que, en palabras del propio artista, les debe todo.

Ginés García Millán vive su profesión con una profunda pasión, que además siempre ha tenido clara. Que su vida iba a ser la interpretación lo sabe desde que era un niño, desde que en el hotel que regentaban sus padres en Murcia, en el que nació, veía pasar a gente muy «diferente, porque yo era de un pueblo pequeñito y cada vez que me contaban algo yo quería ser eso, me gustaba lo que hacían. Era una ventana abierta al mundo, pero en un pueblo pequeño las posibilidades son limitadas». Esto no echó para atrás al actor, que con dotes de deportista, dejó su hogar con 16 años para dar tumbos por toda España, hasta que se decidió a estudiar arte dramático a Madrid.

El murciano reconoce que nunca ha tenido ídolos en su profesión, pero sí ha admirado y admira a algunos «grandes actores» que ha tenido cerca, como Paco Rabal.

Este país tiene un talento infinito, pero lo interesante es que se cree industria, porque genera riquezaSobre los personajes a los que ha dado vida, el actor asegura todos han llegado en el momento que han tenido que llegar. «Cuando eres un actor digamos maduro y estás para hacer estos personajes, como Juan Pacheco en ‘Isabel’, Bernardo en ‘Herederos’ o el personaje de Adolfo Suárez; o en teatro Don Juan o Hamlet... Son personajes que te marcan por tu responsabilidad como actor y por su complejidad». Tampoco tiene especial interés en trabajar con un director concreto. «Cuando tienes muchas expectativas a veces te llevas sorpresas y decepciones. Para mi el mejor director es el que me dirija en el próximo trabajo, aunque sí me hubiera fascinado trabajar con John Ford», dice entre risas.

En lo que respecta a la posición de la cultura –cinematográfica en este caso– en España, García Millán opina que «tenemos que defender más lo nuestro. Tendrían que establecerse unas leyes que protejan nuestro arte y la cultura, pero esto no se hace de un año para otro ni cada cuatro años. Se empieza desde las escuelas, en la universidad… No porque la gente se tenga que dedicar al cine, a la música o al teatro, sino para que el público sea más crítico, más educado y construir un país mejor. Parece que siempre estamos mendigando a las instituciones, pero es que no pedimos más que dignidad y respeto para nuestro trabajo, que cuesta mucho salir adelante», puntualiza.

El artista es consciente de que «este país tiene un talento infinito», pero asegura que «lo interesante es que se cree industria, porque eso son puestos de trabajo y el trabajo crea riqueza. Todo tiene que tener un control para que el beneficio llegue al mayor número de personas».

El actor tiene claro que volverá el año que viene a Veguellina. Un compromiso que adquirió en la propia gala, frente a centenares de personas.
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