Tras la publicación de su anterior libro de cuentos y relatos breves, ‘Braganza’, con la editorial leonesa Eolas Ediciones, César Gavela lo hace en esta ocasión con una editorial de la ciudad donde reside desde 1976 a petición del propio editor, al que gustó tanto ‘Los Astros’ que decidió iniciar una nueva colección con el libro del autor berciano, que define ‘Los Astros’ como «un libro de cuentos y de relatos, algunos de ellos muy breves que adquieren la condición de microrrelatos, pero otros son cuentos que en ningún caso superan las cinco páginas. En total son unos setenta u ochenta cuentos que comparten un mismo hilo conductor, el amor en todas sus representaciones, como felicidad, dolor, tristeza, melancolía, añoranza, placer... Incluso el humor, que también se cuela entre las páginas del libro», reconoce el escritor berciano, que no estará presente en la 42 Feria del Libro de León que comienza este viernes. Sin embargo, tuvo ocasión de hacerlo en la Feria del Libro de Valencia iniciada el 23 de abril y finalizada el pasado domingo. «A ver si el próximo año puedo acudir a la Feria del Libro de León, pero este año me conformo con la presentación que este jueves voy a realizar junto al editor Héctor Escobar en este café literario».
Sobre el título del libro, ‘Los Astros’, Gavela señala que es el que da nombre al segundo cuento del libro, «un microrrelato que refleja bastante bien lo que yo quería transmitir», sostiene el autor berciano, que considera que el título encaja bien en un libro «muy literario, pero que a la vez puede interesar a todo tipo de lectores». Los más de setenta cuentos que componen ‘Los Astros’ fueron escritos a lo largo de los años y reunidos en una publicación cuando el autor fue consciente de que todos ellos obedecían a una temática relacionada con el sentimiento amoroso. «Llevo ya publicados unos cuantos libros de cuentos y estos los he ido escribiendo a lo largo de estos últimos años. Hará un año y medio empecé a vislumbrar que había un libro de cuentos, seleccioné los de materia amorosa, los fui revisando, rehaciendo, conjugando, descarté alguno de ellos y finalmente elegí una colección que tiene unas 150 páginas», relata el escritor, para quien la mayor dificultad de escribir sobre un tema por otra parte tan recurrente como es el amor se encuentra en la cantidad de matices que encierra este concepto. «Pienso que escribir sobre este tema es fruto de la experiencia, de haber vivido el amor con cierta intensidad en sus aspectos más hermosos y más tristes, más intensos y más desoladores, sin descartar el humor, pero creo que sí, que es fruto de la experiencia vital», sostiene Gavela, que considera que se trata de un «libro de madurez, para escribirlo cuando ya uno ha vivido y fruto de esas vivencias van surgiendo estas ideas. Las historias que se cuentan no son autobiográficas, son ficciones inventadas pero que en el caso de algunas de ellas están enraizadas en la memoria amorosa personal», confiesa el escritor ponferradino.
César Gavela no duda al afirmar que el cuento y el relato breve es el género literario en el que más cómodo se encuentra. «Así es. Me encuentro muy cómodo en el cuento. De hecho, mis últimos tres libros han sido de cuentos, pero el próximo va a ser una novela, que ya está en marcha y no irá más allá de las 150 páginas. Ese texto más trabajado literariamente es lo que más me gusta tanto a la hora de escribir como de leer», reconoce Gavela, que destaca entre sus libros de cabecera ‘Los santos inocentes’, de Delibes, que tiene 160 páginas, o ‘El coronel no tiene quien le escriba’, de García Márquez, que ronda las cien.
Para llegar a esa brevedad el camino resulta especialmente laborioso. «Habré escrito media docena de novelas y puedo decirte que el borrador inicial tiene el doble de tamaño de la novela que finalmente llega al lector. En la últimas he llegado a reducirlo a un tercio. Sin embargo, los cuentos me surgen de un modo más espontáneo, más inesperado, y ahí es mucho menos lo que quito. En general me salen bastante cerrados», señala el autor, que reconoce los trabaja de tal manera que no queden muy ‘relamidos’. «No me gusta la literatura tan puntillosa. El objetivo es la sencillez, que siempre es muy difícil de conseguir. Hay que trabajar mucho para que el texto sea sencillo. Un texto barroco no es tan complicado, pero aborrezco el barroquismo. Me gusta esa sencillez en la que se percibe un esfuerzo detrás, pero también una felicidad, porque no entiendo a la gente que dice que sufre escribiendo, porque yo soy feliz cuando escribo, incluso en el periódico, que tiene para mí una connotación especial», señala Gavela, que reconoce que ‘Los Astros’ es el primer libro que publica después de haber vivido circunstancias personales y familiares muy duras y lo entiende como un canto a la vida y al amor tras haber sufrido la pérdida de su mujer –a quien va dedicado el libro– y de haber superado una enfermedad grave. Toda esa experiencia vital impregna en cierto modo ‘Los Astros’. «Eros y Thanatos juegan la partida en estas páginas, unas veces gana el amor y otras la muerte. Pero son muertes transidas de amor, y son amores avisados de finitud, lo que, por otra parte, no afecta a su vivencia frágil y eterna a la par porque solo el amor detiene el tiempo y nos hace inmortales», escribe Gavela en la presentación de su más reciente publicación. «Además del amor, la muerte está muy presente en muchos de los cuentos. La muerte es un tema que me ha atraído desde niño y últimamente me ha golpeado con dureza», confiesa Gavela, que pese a todo cree que la obra respira humor cuando se aborda el amor. «Yo creo que es un canto a la vida, a cómo los seres humanos vivimos el amor, cómo soñamos, cómo nos entristecemos, cómo anhelamos estar enamorados, cómo uno vive ese amor de una manera muy libertina, pues muchos de esos cuentos son eróticos y muchos microrrelatos buscan, parafraseando al añorado Antonio Pereira, lectores cómplices. En algunos de ellos he incorporado tres o cuatro renglones que abren un campo muy grande para que el lector continúe el libro. En este sentido, el microrrelato que da título a la publicación es muy abierto, también el último, que obliga al lector a imaginar a partir de una situación que pudo haber ocurrido y en ese aspecto busca en todo momento la complicidad del lector», concluye Gavela.