CARTELERA EN LEÓN | 'Un doctor en la campiña'. Como médico o paciente, Cluzet siempre lo borda

Tengo unas ganas enormes de ver la nueva película de Ken Loach galardonada con la última Palma de Oro de Cannes, porque pocos cineastas como el británico representan mejor el cine social y reivindicativo que tanto me gusta ver en la pantalla, sobre todo por ese estilo cercano al docudrama que el artífice de ‘Mi nombre es Joe’ ha convertido en su marca personal. La alusión a ‘Yo, Daniel Blake’ viene porque algo del ‘francotirador’ del cine en lengua inglesa está presente en el trabajo del médico y cineasta francés Thomas Lilti en ‘Un doctor en la campiña’, sobre todo por la mirada humanista que imprime a las vicisitudes de un médico rural al que le detectan un tumor que le obliga a bajar el ritmo de trabajo y a buscar a una colega para que le ayude en su tarea diaria de atender a sus numerosos pacientes. Una de las bazas con que cuenta Lilti, además de su condición de doctor en medicina y por ende perfecto conocedor de la historia que tiene entre manos, es contar con uno de esos rostros del cine actual con el que empatizas desde el primer momento, tal es el caso de François Cluzet, al que descubrí en ‘Alrededor de la medianoche’, la historia a ritmo de jazz contada por Bertrand Tavernier, y que posteriormente nos ha regalado momentos inolvidables en ‘No se lo digas a nadie’ y ‘Pequeñas mentiras sin importancia’, ambas a las órdenes de Guillaume Canet, o el éxito internacional logrado por ‘Intocable’, de tándem Olivier Nakache y Eric Toledano. A destacar igualmente la interpretación del veterano Guy Faucher, de una verosimilitud que realmente sobrecoge.