CARTELERA EN LEÓN | 'Sicario'. Fronteras físicas, morales y también psicológicas

Denis Villeneuve vuelve a contraponer conceptos como legalidad y guerra sucia

Joaquín Revuelta
21/11/2015
 Actualizado a 28/08/2019
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A un thriller hay que perdirle tensión, pero también hondura y complejidad en su propuesta, como así ha hecho el director canadiense Denis Villeneuve en su más reciente realización, ‘Sicario’, elementos que recuerdo también estaban muy presentes en la excelente ‘Prisioneros’ que enfrentaba a un padre desesperado y dispuesto a todo con el fin de rescatar a su hija secuestrada y a un policía que trata que en ese procedimiento no se vulnere la legalidad. Esa confrontación, en cierta medida, se repite en el caso de ‘Sicario’, con la lucha contra el narcotráfico en la frontera entre Estados Unidos y México como telón de fondo, donde el protagonismo recae esta vez en una idealista agente del FBI que es reclutada, utilizada más bien, por una fuerza de élite de la CIA en su guerra sucia contra los cárteles de la droga, y en un falso agente que en realidad es un mercenario, el sicario del título, que se mueve en este caso por una cuestión de venganza personal. La tensión se palpa en muchos momentos de este vigoroso thriller, alcanzando su clímax en una memorable secuencia en la que las citadas fuerzas de élite tienen que introducirse en Ciudad Juárez para recoger a un cabecilla del narcotráfico y en su peligroso trayecto son escoltados por agentes de la policía estatal que son tan poco de fiar como los propios narcotraficantes. Muy poco que objetar desde el punto de vista técnico y artístico al trabajo de Villeneuve y al del trío de intérpretes formado por Emily Blunt, Benicio del Toro y Josh Broslin.


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