CARTELERA EN LEÓN | 'La gran apuesta'. Flirteando con el desastre

La catadura moral de los personajes de la película de Adam McKay deja mucho que desear

Joaquín Revuelta
13/02/2016
 Actualizado a 18/09/2019
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Con la entrada de ‘La gran apuesta’ deberían repartir un manual básico de economía bursátil para comprender algunos de los términos que se utilizan en la trepidante película de Adam McKay, un realizador empeñado en explicarnos los entresijos de la crisis económica global que diez años después de su estallido todavía seguimos padeciendo. La verdad es que uno termina perdiéndose entre tanta jerga económica, pero por suerte en ningún momento desconectas de esta crónica acelerada de una debacle anunciada que solo unos cuantos privilegiados supieron ver a tiempo y se aprovecharon de la situación. Porque, en líneas generales, la catadura moral de los personajes de la función deja bastante que desear, con ligeros matices en el caso de los que interpretan Steve Carrell y Brad Pitt, que son capaces de cuestionar algunas de sus acciones, aunque finalmente se dejen llevar como el resto de su instinto depredador. Pero, sin duda, el más desconcertante de todos ellos y el primero que vaticinó lo que se nos venía encima es el excéntrico y apasionado del heavy metal gestor financiero que compone Christian Bale, un tipo realmente singular que sin salir de su oficina y leyendo debidamente los números en sus ordenadores pronosticó el colapso de los mercados financieros contraviniendo la opinión del entonces gurú de la economía Alan Greenspan. Aunque prefiero ‘Margin call’, la película de McKay no es solo buena sino también necesaria.

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