CARTELERA EN LEÓN | 'Jason Bourne'. El 'jet lag' no entra en los planes del agente Bourne

El director británico Paul Greengrass firma la entrega más trepidante y viajera de las cinco que integran la exitosa saga erigida en la mejor alternativa de la serie Bond

Joaquín Revuelta
30/07/2016
 Actualizado a 19/09/2019
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Nunca pensé que el director de la excelente ‘Domingo sangriento’, sobre los trágicos sucesos ocurridos en Londonderry el domingo 30 de enero de 1972, donde soldados británicos dispararon contra civiles desarmados que participaban en una manifestación con el saldo de catorce personas muertas y más de treinta heridas, se iba a convertir en el mejor director de cine de acción con que cuenta Hollywood en la actualidad. Sobre todo porque su estilo narrativo, cercano al docudrama, no casaba muy bien con lo que hasta entonces se había realizado dentro del género en la ‘fábrica de sueños’. Pero todo cambió a raíz de la incorporación del realizador británico a la mejor alternativa de la venida a menos serie Bond con ‘El mito de Bourne’, que supo dar un paso adelante respecto a los interesantes planteamientos de la película fundacional, ‘El caso Bourne’, dirigida por Doug Liman. Podría decirse que con ‘Jason Bourne’ se cierra el círculo con relación a la incesante búsqueda de la identidad por parte del protagonista que ha alimentado la serie desde sus inicios, aunque hablando de Hollywood y de su capacidad de reinvención cuando se trata de preservar el negocio todo está por decidir, si bien la integridad profesional del citado Greengrass y de Matt Damon me lleva a pensar que ninguno de ellos retomará la saga si no encuentran un motivo artístico de peso para hacerlo, y ello se traduce en una buena historia que contar y que según el criterio seguido hasta ahora por el director de ‘Vuelo 93’ y ‘Capitán Phillips’ tiene que estar  apegada a la realidad del mundo convulso y en permanente transformación que nos ha tocado vivir.

 
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