CARTELERA EN LEÓN | 'Cien años de perdón'. Cine de acción al que le sobra el contexto político

El thriller de Calparsoro pierde fuelle al enredarse en un inoperante ‘macguffin’

Joaquín Revuelta
19/03/2016
 Actualizado a 18/09/2019
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Pienso que a ‘Cien años de perdón’ le sobra todo el componente político para convertirse en mejor película de lo que es en su afán de contextualizar una propuesta de cine de acción en su modalidad de ‘atracos (im)perfectos’, aunque este termine de la mejor manera posible para unos asaltantes de ambos lados del charco, mestizaje que hace mucho más atractiva a la banda liderada por un carismático argentino de nombre Rodrigo de la Serna y que tiene como lugarteniente al siempre intenso Luis Tosar, sin hacer ascos a otros profesionales de lo ajeno que le dan más sonoridad al atraco. Pero lo que falla, como decía, es todo lo que hace relación al contexto político y social de un thriller que a este comentarista le hubiera bastado con que se aproximara adecuadamente al modelo impuesto por Sidney Lumet en ‘Tarde de perros’, pero que se enreda en un inoperante ‘macguffin’ de corrupción política que trae consigo personajes e interpretaciones baldías cuando no deficientes como las que llevan a cabo José Coronado o Raúl Arévalo, otrora espléndidos en ‘No habrá paz para los malvados’ y ‘La isla mínima’, respectivamente. En definitiva, me quedo con la relación que mantienen De la Serna y Tosar que, en una de las mejores secuencias de la película, rememora la conversación entre William Holden y Ernest Borgine que presagiaba la batalla del día después en la inconmensurable ‘Grupo salvaje’, villanos que tadavía conservan un cierto código ético.


 
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