60 años 'arando' juntos

La anécdota lo dice todo. Estaban en un bar varios paisanos presumiendo de las «pacas que habían hecho por la mañana». En una esquina, comiendo en bocadillo, un albañil que sin levantar la cabeza dijo: «Entre todos no trabajáis la mitad que la paisana mía». (Aclaro que en muchas tierras paisano y paisana es el mayor título que se le otorga a un vecino).

El paisano era Nano, de Valverde de Curueño. La paisano Toña, del mismo pueblo. Se casaron el 3 de mayo de 1958 y hoy, sesenta años después, reúnen a sus 10 hijos para celebrarlo, en Valverde de Curueño, con sorpresas para ambos, incluso llegadas de Roma.

Alguna vez me vi ordeñando y dando de mamar a algún hijo, que no había tiempo para todo Era verdad la frase de Nano. Es el gran orgullo de los dos, llevar sesenta años «arando» juntos. Cuando Toña te cuenta aquellos años en los que iban sumando hijos: Nieves, Santos, Miguel Ángel... «La mayoría nacieron en casa, sin problemas, y con los cinco primeros no teníamos todavía agua corriente. Había que ir a lavar al río o al pilón, los trapos, que los pañales todavía no se habían inventado. Y atender el ganado y a los hijos... Alguna vez me vi ordeñando y con un hijo en el regazo dándole de mamar», cuenta, sin levantar la voz, haciendo algo.

¿Alguien duda de lo que dijo Nano en aquel bar? Y él, pues a las obras, que fue un buen albañil. Y cantero, que tenían fama los de Valverde.

Un orgullo: Todos pudieron ir a la Universidad, la gran mayoría tienen carrera.
Una felicidad: Este domingo podrán estar los diez en Valverde, a su alrededor. Y Toña preparando algún dulce.