"León necesita un plan a ocho años para dar respuesta a todas sus necesidades"

Entrevista al presidente del PP de León, Javier Santiago Vélez

David Rubio / Alfonso Martínez
06/03/2022
 Actualizado a 06/03/2022
El presidente del PP de León, Javier Santiago Vélez, durante la entrevista. | MAURICIO PEÑA
El presidente del PP de León, Javier Santiago Vélez, durante la entrevista. | MAURICIO PEÑA
Hasta el estallido de la guerra en Ucrania, el foco de la actualidad estaba puesto en la crisis del PP con la tormentosa salida de Pablo Casado. Ahora, el presidente de los populares leoneses analiza la nueva etapa que se abre de la mano de Alberto Núñez Feijóo y los resultados electorales del 13-F en la provincia.

– ¿Cuál es su lectura de todo lo que ha pasado en Génova con la salida de Pablo Casado? ¿Es bueno para el partido?
– Hoy es bueno para el partido. El mensaje de unidad que salió de la Junta Directiva que convocó el Congreso, la unanimidad en redes sociales, en afiliados, votantes, simpatizantes y cargos públicos… Eso hará que el partido salga fortalecido. Hace tres semanas era todo lo contrario. Lo que decían los votantes y lo que yo le transmití a un dirigente de Génova es que no nos votaba ni la familia. Ese mensaje de abajo hacia arriba había que trasladarlo. Yo lo he llamado la revolución de las bases. Cuando empezó a moverse el árbol, parecía que todo era un tema de arriba, pero han sido las bases y los votantes a través de las redes sociales y de las presiones, en algunos casos excesivas y que yo no comparto, pero sobre todo las que han sido de una forma educada y respetuosa han hecho que se movieran los cargos intermedios y obligaran a ese cambio en Génova que en estos momentos era tan necesario. Yo tenía muy buena relación con Pablo Casado y en octubre le dije el problema que tenía y no me hizo caso. En el mes de enero, durante el Congreso del PP de Castilla y León, hablé con él por teléfono y le transmití de nuevo el problema que tenía y dijo que era un tema de ellos. Y al final ese problema le ha llevado por delante, como también le había dicho en octubre que podía pasar.

– ¿Era García Egea ese problema?
– Sí. Teodoro y su compañía. A partir de ahí, lo que ha ocurrido es que lo que podía haber sido una dimisión o destitución de un secretario general al final se ha llevado por delante a Pablo Casado. Desgraciadamente ha sido así. No ha hecho nada malo, pero el tema es que no ha sabido atajar el problema que tenía no de ahora, sino de hace muchos meses.

– Pero de puertas para afuera se ha visto todo esto como algo muy repentino…
– Sí, pero porque ha habido una revolución de la calle, de las bases. Tengo mensajes de WhatsApp de votantes, afiliados, simpatizantes y cargos públicos, alcaldes y concejales que me decían que cada día que pasaba les votaba un miembro menos de sus familias. La imagen que estábamos dando era dantesca y muchos de ellos estaban quemados desde hace muchos meses, como yo, por circunstancias que se habían dado aquí y en otras provincias. Y muchos decían que, si esto no cambiaba, no contásemos con ellos para presentarse en las municipales.

– Los errores de Casado y García Egea se han señalado muchas veces. El enfrentamiento con Díaz Ayuso, el adelanto electoral en Castilla y León… ¿Pero qué cosas positivas han aportado al PP?
– Se ha hecho una renovación completa de las estructuras provinciales y autonómicas. Y se les ha dado participación en las de Génova. Yo nunca había estado allí y sin ser aún presidente provincial ni senador ya había ido varias veces como alcalde. Génova se ha abierto a los cargos públicos intermedios. Es una cosa buena y eso ha dejado estructuras que funcionan. A Ayuso la eligió él, igual que a Almeida, a Carlos Mazón. Ha renovado estructuras con gente joven que tiene muchos visos de ganar en sus respectivos territorios. En otros países europeos el PP se ha convertido en tercera fuerza política y aquí hemos sido capaces de sostenernos en segundo lugar y las encuestas, hasta todo este ciclón, nos daban como ganadores. Se han hecho cosas bien. El problema es lo que se ha hecho mal y no se ha visto o no se ha querido atajar. Y eso se ha llevado por delante a Pablo Casado.

– Igual de rápido que explotó el problema se ha encontrado la solución en la persona de Alberto Núñez Feijóo…
– Teníamos claro que íbamos a salir más fuertes, porque la situación era insostenible. Era cuestión de días con esas portadas y esos editoriales tan duros contra alguien en periódicos nacionales. Eran injustos en cierta manera, pero la situación era insostenible. Creía que íbamos a salir más fuertes porque los momentos malos hacen que nos unamos más. Ya había voces que decían que Feijóo tenía que haber sido candidato hace cuatro años y creo que ahora no tenía más opción que hacerlo. Él lo único que pedía era cierta unidad de los principales cargos políticos y la ha tenido. Esperamos el día 2 de abril pensemos solo, como estamos haciendo ya aquí en León, en las elecciones del 28 de mayo del año que viene.

El pacto de la Diputación se va a romper antes de verano y sigue porque hay un señor cobrando más de 70.000 €– ¿Y cómo valora la figura de Feijóo?
– Es una persona moderada, centrada, responsable y de discurso didáctico y sin confrontaciones. Llega muy bien con un mensaje muy suave. Tú le escuchas y al final dice lo mismo que otro, pero sin entrar en insultos ni confrontaciones. Es una persona tranquila y ha llevado la gestión en Galicia de una manera extraordinaria. Ese mensaje de centro es bueno, porque al final la inmensa mayoría de la gente de este país es de centro y cambia el voto a derecha o izquierda en función de las circunstancias y los candidatos. Creo que es una persona responsable, con experiencia y con talante para llegar a sectores del electorado a los que igual ahora no nos estábamos acercando.

– Se habla ya de algunos nombres que pueden tener peso en esta nueva etapa y suenan un poco a la etapa de Rajoy. ¿No supone romper un poco con esa renovación de la que antes hablábamos?
– Alberto vive en Galicia y necesita gente en Madrid. No estará todos los días en Madrid como Pablo. Quiere dar más peso a las estructuras autonómicas y provinciales. Quiere empezar de abajo hacia arriba lo que antes se quería hacer a la inversa y tiene que buscar en Génova personas que conozcan la casa y que sean de su confianza. Y hay muy poca gente que cumpla esos dos requisitos. Tiene que ser gente de su generación y que tenga la experiencia de haber estado allí. Hay presidentes autonómicos con los que se lleva muy bien, como Alfonso o Juanma, pero aunque ellos le den algún nombre, no va a ser de la confianza de Alberto. Y él va a ir todas las semanas a Madrid un día, pero no va a ser como hasta ahora.

– Bajando un escalón y acercándonos más a nosotros, parece que al PP no le va a quedar otro remedio pactar con Vox en Castilla y León…
– Hay partidos que piensan que nosotros hemos querido que tengamos que pactar con Vox. Han sido los votantes de Castilla y de León los que han dicho que aquí Vox tenga dos procuradores y en la comunidad lleguen a 12. Los números son los números. Y desgraciadamente, si nos juntamos con todos los partidos localistas, no llegaríamos. Ni sumando también a Ciudadanos, ni con Podemos… Tenemos la opción a, que es la abstención del PSOE. Y tenemos la opción b, que es la abstención de Vox o gobernar con ellos. Hay una alternativa intermedia que sería conseguir ciertos votos de partidos localistas para estar en 36 o 37 y que Vox se abstuviera y no entrase en el gobierno. Es una alternativa intermedia que es la que más me gusta. La opción de que el PSOE se abstenga es un paripé. Que nos pidan que rompamos todos los pactos con Vox en España… Yo les diría que rompan los suyos con Bildu o con Esquerra Republicana o Junts per Cataluña, que quieren romper España. O con Podemos, que les han blanqueado pese a ser de extrema izquierda. Como no vamos a entrar en ese juego, como estamos hablando de Castilla y de León, queremos el mejor gobierno para esta tierra. Se ha hablado con todos los partidos para ver la intención de cada uno y es verdad que hay muchos comentarios de bar, pero yo me quedo con que el candidato de Vox dijo que no tenía líneas rojas y que quiere entrar en el gobierno. Ahí lo que tenemos que intentar es pactar con partidos como Soria Ya para minimizar la cifra de procuradores de Vox que tendrían que apoyarnos, pero no hay que descartar que tengamos que llegar a un acuerdo con ellos porque los ciudadanos de Castilla y de León lo han querido.

– Dice que es partidario de que Vox se abstenga, pero también puede que su entrada en el gobierno les desgaste...
– Es cierto, la verdad es que tengo dos perspectivas. Una es lo bien que se gobierna solo y lo mal que hemos estado con Ciudadanos, porque en el día a día ha sido muy complicado. Eso me lleva a pensar en que es mejor que gobernemos solos, pero también hay que tener en cuenta que en el caso de Vox la gente está votando a una pegatina. De ahí esa doble perspectiva, ese doble deseo de gobernar solos y al mismo tiempo de empezar a quitarles la máscara para que ese suflé que ha subido se mantenga y baje. Eso solo se consigue viendo cómo funciona ese gobierno, pero sería de pruebas e igual no funcionaría todo lo bien que debería funcionar. Yo convivo con ellos en el Senado y no tienen nada que ver con la defensa del campo y de los pueblos pese a que hay muchos agricultores y ganaderos que les han votado. Son una pegatina.

Le dije a Pablo en octubre que tenía un problema y no me hizo caso. Ese problema eran Teodoro y compañía– ¿Y qué lectura hace de los resultados de las autonómicas en León?
– En la provincia de León es muy fácil votar en unas autonómicas a la UPL si no son también las municipales. Es muy fácil porque aquí hay un escaso sentimiento de esta comunidad autónoma. Si a eso le unes el descontento generalizado con la situación económica y social y con que no hemos sido capaces de vender lo que es la UPL, el voto era fácil. Hay gente del PSOE o del PP que ha dicho que su voto de castigo ha sido a la UPL. Si las autonómicas fueran unidas a unas generales o a unas municipales, la cosa cambiaría mucho. Lo primero es el mea culpa de no haber transmitido ese mensaje. ¿Qué es la UPL? Lo que están representando en la Diputación. Llegaron a un pacto con el PSOE que tenía puntos buenos para la provincia y, a pesar de que no se están cumpliendo, siguen manteniéndolo. Aunque yo vaticino que les quedan pocos meses, porque yo vaticino que antes del verano está roto ese pacto. Pero ahora ese pacto sigue porque tienen ahí un señor que cobra más de 70.000 euros al año y que quiere su asiento. ¿Qué proyecto ha traído la UPL a la provincia cuando es llave? Nada. El tema es que eso hay que explicarlo y nosotros nos equivocamos al meternos con el PSOE y tirar los dardos contra la UPL. Lo hicimos pensando que el hecho de o hablar de ellos iba a hacer que no les votasen. Elevar el nivel de la campaña para que la gente la viera en los telediarios nacionales y no se fijase en la UPL. Fue un error no haber transmitido ese mensaje. Mucha gente que ha votado a la UPL no sabía que no se ha cumplido prácticamente nada del pacto de la Diputación. Y ahora se dan cuenta, pero mea culpa por no haberlo explicado nosotros. Además, llevo seis meses de presidente del PP y me he encontrado la mitad del equipo. Me falta la otra mitad. Tenemos 99 alcaldes y hemos ganado en 102 ayuntamientos. Donde tenemos un buen alcalde o un buen portavoz ganamos, porque transmiten el mensaje, pero me he encontrado con que nos faltan más de cien candidatos. Con un equipo fuerte y una campaña diferente, el resultado habría sido mejor, pero hay que aceptarlo, tomar nota de los errores, darnos cuenta de que lo que está haciendo la Junta aquí no se está vendiendo bien y lo que no está haciendo hay que exigirlo. Hay que tomar nota de todo eso y seguir peleando.

– ¿Cree por tanto que no ha calado el leonesismo útil que enarboló en su elección como presidente del PP de León?
– El leonesismo útil era viendo lo que podía venir. Sabíamos que hay un voto enfadado que está en una situación económica difícil, agricultores ganaderos, clase media… Hay gente de entre 35 y 50 años para la que es muy fácil votar a UPL y echar la culpa a los demás de lo que igual aquí en León no hemos sido capaces de exigir. Si aquí en León hubiera habido buenos políticos durante las dos últimas décadas, no tendríamos esta situación. Y no hablo de partidos. Un político bueno exige y tiene ideas y proyectos. Porque un político bueno va a Valladolid y a Madrid a pedir dinero. Hace falta gente con ganas de cambiar su pueblo, su comarca y su provincia. Si extrapolamos eso a toda la provincia, no estaríamos así. No podemos echar la culpa a que Valladolid no nos da como hacen muchos. ¿Pero han pedido algo? ¿Han ido allí a dar un golpe en la mesa y exigir una infraestructura? En León nos hemos conformado todos estos años con un proyecto de parches. León debe sentarse, y espero que el 28 de mayo de 2023 me siente aquí cerca (en referencia a la Diputación), para tener en un mes tener una radiografía de la provincia, un análisis de cuánto cuesta resolver todas las necesidades de la provincia. Y a partir de ahí hacer un plan a ocho años. El dinero va a salir de la Diputación, pero también vamos a exigírselo a la Junta y al Gobierno. Y vamos a intentar que el dinero que haga falta llegue, pero en un plan. No hacer cada año lo que se nos ocurra. Una vez me reuní con 30 alcaldes y les dije que, si un día Sánchez y Mañueco nos juntasen y nos dijesen que tenemos dinero para hacer infraestructuras, estaríamos unos cuantos días y no tendríamos un plan para ofrecerles. Al final, lo que quieren es que no tengamos un plan. Pero si lo tenemos y les decimos que en ocho años necesitamos el dinero que sea dinero para estos proyectos concretos, no tienen escapatoria. Quien quiera defender León, aquí tiene este plan. La Diputación va a poner los millones que sean, pongan ustedes el resto. Y van a entrar, pero hay que dárselo hecho, hay que dárselo fácil. A mí me decían hace muchos años que no les contase mi vida, que les llevase el problema y la solución. Que no solo me quejase del problema. Arriba ellos no te van a buscar la solución, tienes que proponérsela tú.

– No se le ve con miedo de que los resultados de las autonómicas puedan trasladarse a las municipales…
– No tiene nada que ver, porque esto va por partidos judiciales y por alcaldes. En Almanza al PP le votaron 190 y en las municipales serán 390. El tema es tener candidatos. Si el PP tiene los mejores equipos en los 211 municipios, el PP gobernará la Diputación. En la comarca de Astorga, a falta de cinco días para presentar las listas en 2019 faltaban por hacer 10 de 26. Ahora, a falta de 15 meses, me faltan seis. Y no cogemos al primero que pillamos. Además, está partido judicial de León. La UPL ha sumado ahora votos en todos sus municipios, pero no en todos tiene candidatos en las municipales.

– Y en la ciudad de León se ve fuerte al alcalde Diez, que además le puede quitar votos a UPL…
– León es fundamental. Lo que tengo clarísimo es que lo que hay que hacer en León es una campaña puerta a puerta, hablar con cada vecino, explicarle cuál es el proyecto y, sobre todo, escucharle. Si no logramos eso, no habrá nada que hacer.

– Es ahora vicepresidente de la comisión que aborda la despoblación en el Senado. ¿Qué objetivos se marca?
– Seguiré haciendo lo mismo que como vocal, pero ahora con más fuerza. Quiero llevar allí el sentir del día a día de la gente que vivimos en los pueblos. Me hace mucha gracia que en un despacho en Valladolid o en Madrid quieran pensar cómo vive la gente de los pueblos cuando ellos solo van a veranear. Eso no puede ser. Están hablando de 5G y hay pueblos que no tienen ni 1G. Quiero que sepan que hay dos cosas fundamentales que tienen que llegar. Una es la diferenciación fiscal. Hay que ayudar a la gente que viva en los pueblos, pero que viva, no que se empadrone y luego viva en León. Y la otra es internet. Ya está llegando. Tenía que haber llegado antes, porque en muchos pueblos ya es tarde, pero en dos años estará. Y lo que tiene que llegar ya es la cobertura móvil. Hemos forzado con otros partidos en una moción para que el Gobierno ponga dinero de Europa para que en tres años esté listo. Aquí en León bastaría con 37 torretas de telefonía, que son algo más de un millón de euros, para dar cobertura a las zonas con de cobertura. Si no lo hacen, Diputación tiene dinero para ponerlo en marcha y solucionar el problema. Pero es mejor tirar 50 millones en planes provinciales. Me llaman alcaldes diciendo que no saben en que gastar lo que les corresponde, que lo último que han hecho ha sido asfaltar los caminos que van a las huertas. Esos planes deben dar a cada ayuntamiento un mínimo al año para algo que les pueda surgir. Y el resto de los fondos, por proyectos para necesidades importantes o que generen riqueza.
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