La sombra de la Machi es alargadísima

La gran actriz lidera el reparto de la obra de Ernesto Caballero ‘La autora de las Meninas’, una "sátira distópica que reflexiona sobre el lugar que ocupa la expresión artística en nuestro tiempo", en palabras del autor

Emilio L. Castellanos
15/11/2017
 Actualizado a 18/09/2019
Francisco Reyes y Carmen Machi en un momento de la representación de ‘La autora de Las Meninas’, que este miércoles llega al Auditorio Ciudad de Leó. | DAVID RUANO
Francisco Reyes y Carmen Machi en un momento de la representación de ‘La autora de Las Meninas’, que este miércoles llega al Auditorio Ciudad de Leó. | DAVID RUANO
El artículo determinado sólo se reserva a las más grandes: la Xirgu, la Rivelles, la Guerrero, la Espert, la Ladrón de Guevara, las Gutiérrez Caba... la Machi. Sí, el artículo confiere rango de singularidad, exclusividad y grandeza a quien lo porta en un contexto específicamente actoral y Carmen Machi hace tiempo que se ha hecho acreedor a tan distinguido rasgo. Ella es hoy por hoy una de las más destacadas y reputadas representantes de la interpretación nacional y así lo ha venido testimoniando a lo largo de una dilatadísima trayectoria que abarca toda clase de registros, que le ha permitido embarcarse en una amplia variedad de proyectos y que ha acabado trascendiendo las fronteras específicas del cine, el teatro o la televisión. La sombra de la Machi es alargadísima. Ya eterna. Indiscutible. Su magnitud se ha ido imponiendo al amparo de algunos de los mejores directores de teatro (Miguel del Arco, Andrés Lima, Daniel Veroneses, Gerardo Vera, Lluís Pasqual, José Luis Gómez...) y cine (Emilio Martínez Lázaro, Pedro Almodóvar, Alex de la Iglesia...) y su popularidad agrandándose gracias al peso de la televisión y del papel más agradecido que esta le brindó, Aída. Premios y más premios tributan su carisma y su excelencia y amplifican aún más una carrera de muchos años abrazada por su ilimitada pasión por la actuación.

Ernesto Caballero, actual director del Centro Dramático Nacional, se repite en la biografía artística de la Machi. Autor y director, su versatilidad ha servido de cobijo a algunos de los roles que más repercusión han dado a la actriz madrileña. En el recuerdo quedan ya para la historia su participación en ‘La tortuga de Darwin’ (una pieza de Mayorga dirigida por Caballero) y ‘Auto’ (escrita y dirigida por el propio Caballero), dos espectáculos que brillan con luz propia en el devenir de la Machi, quien, nuevamente, ha vuelto a reencontrarse con el dramaturgo y director madrileño en ‘La autora de las Meninas’, montaje que hoy llega al Auditorio ‘Ciudad de León’ (21:00 horas, 18 euros) y que, ha sido definido por su propio autor, como «sátira distópica que reflexiona sobre la creciente exaltación de la subjetividad individual así como el lugar que ocupa la expresión artística en nuestro tiempo».

La acción de la obra se sitúa en 2037. La Unión Europea ha desaparecido y en España se han vuelto a usar las pesetas. Un partido populista, Partido del Pueblo en Pie, acaba de ganar las elecciones y, a la vista de los problemas económicos de la nación española, deciden sacar dinero de donde sea, razón por la que emprende la venta de ‘Las Meninas’ a una monarquía petrolera. Para que se note el cambiazo encarga a una monja artista que haga una copia del cuadro sin saber que su vanidad acabará rebelándose. «La obra presenta una hipotética sociedad liberada finalmente de toda necesidad artística o humanística; el sinsentido de una actividad improductiva es asumido abiertamente por las formaciones políticas tanto de la izquierda como de la derecha, coincidentes en el cuestionamiento de una inversión superflua y onerosa desde una nueva concepción del bienestar social», ha escrito Caballero a propósito de la obra de la que es autor y que también dirige y en la que comparten escenario, junto a Carmen Machi (Caballero pensó en ella para que asumiera el papel de la monja), Mireia Aixalà y Francisco Reyes.

«Sor Ángela, la protagonista de esta fábula sobre la vanidad, se resiste a aceptar la democratización indiscriminada en todos los ámbitos del quehacer cultural; el derrumbe de la autoritas referida al arte y al conocimiento, el advenimiento, en fin, de un nuevo paradigma que sitúa y equipara en el mismo canon una pegadiza canción del verano con, pongamos por caso, el Réquiem de Mozart», insiste Caballero sobre los propósitos de un espectáculo en el que abunda el humor y en el que Machi considera, como declaró cuando se estrenó en Barcelona, «un caramelo muy bien envuelto» donde la escritura de Caballero «no sólo tiene un gran componente intelectual, sino también mucho rock&roll».
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