17/10/2020
 Actualizado a 17/10/2020
Guardar
Las grandes conquistas ya no necesitan ejércitos. En realidad, algunos tipos de asaltos siempre se han realizado poco a poco, sotto voce, sin dejar huella. El elemento invasor se va infiltrando en la sociedad gota a gota, disfrazado de eterna seducción y cuando te quieres dar cuenta, está por todas partes, ya tu historia no es tuya, ni tu casa, ni tu campo, ni tu blusa. El invasor te representa y tú lo has aceptado embrujado por su fascinación. Tu identidad ha perdido la batalla si es que alguna vez luchó.

Esto está ocurriendo ya desde hace muchos años con la lengua inglesa, la más hablada en todo el mundo. Se entiende, pues siempre ha sido el idioma de los negocios, más gracias a EEUU y su idiosincrasia, si por Gran Bretaña fuera seguiría siendo la lengua de Shakespeare.

Vaya por delante que nada tengo en contra de ninguna lengua, todas significan riqueza para la humanidad, un sinfín de posibilidades a la hora de expresarse, pero observando algunas páginas web, no puedo menos que abrir los ojos como platos y volver a entrar desde el buscador por si me he equivocado y no había elegido la versión española.

Ya nada o casi nada ha retenido su antigua denominación. Tal vez porque expresarse en otro idioma tan empoderado actualmente en tantos campos nos hace sentir más modernos al límite de lo ridículo. Es cierto, lo reconozco, suena mejor ‘voy a echar un vistazo al outlet’ que ‘me tiro a los saldos’. Un redactor publicitario no está mal, pero un ‘copywriter’ parece alguien más profesional, así como más viajado y cosmopolita. Lo mismo ocurre con los ‘community manager’, nada que ver con ser un gestor, mucho más complejo, qué duda cabe.

Es cuestión de adaptarse o de plantarle cara, aunque para eso yo diría que ya es demasiado tarde. El problema lo tienen algunos abuelos, que no saben dónde encontrar calcetines para sus nietos en internet. Aguada la sorpresa el niño le dice: «Abuelo, clica en underwear».
Lo más leído