Imagen Juan María García Campal

Insensatos tramoyistas

23/09/2020
 Actualizado a 23/09/2020
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Lunes, subo hacia el norte bajando hacia Asturias por Pajares. Voy a mi Bocamar del alma. Llego rayano al pleno reflujo de la marea. Ignoro si, por el equinoccio de otoño, está la mar con mareas vivas. Diría que sí. A ello me llevan el desnudo de los muros que doman, o lo intentan, mar, río y ría y el resalte de muchas peñas no siempre divisadas con tanta precisión. Escribo, ahora, a menos de dos horas de la pleamar, bajo la luz de un sol encubierto. Durante el viaje, la radio dio insistente información sobre la reunión entre las presidencias de la Comunidad de Madrid y del gobierno de España. Sospecho, por lo escuchado, más ostentación de la habitual en quienes teniendo algo realmente importante que hacer se ponen a hacerlo. Pero no concluyo nada, decido esperar a los resultados concretos del encuentro y a la información gráfica a mi llegada a casa.

Veo, no sin pasmo, las fotografías del encuentro. Calmo humores, preparo café, fumo, pienso qué decir.

Me sorprende la manifiesta teatralidad del acto, el tratamiento protocolario del encuentro y, aunque no soy ajeno a la más que posible influencia en él del ínclito, afamado y de lamentable recuerdo, Miguel Ángel Rodríguez (también conocido como MAR), me pregunto si, como es normal, no ha habido acuerdo previo de la puesta en escena. Porque si lo hubo, a qué juegan estos personajes. Estamos los ciudadanos como estamos y no tienen otra cosa en qué pensar que en estas tramoyas. ¿Se imaginan ustedes la reacción de las tolerantes derechas españolistas si tal comedia se representase en el ‘Palau de la Generalitat’? ¡En paridad!, dirían con tono ‘patriofendido’. ¡Cuerpo a tierra!

Para colmo, leo en el ‘comunicado conjunto de los gobiernos’ –las fuentes son las fuentes– (tomad más paridad, Arrimadas, Casado) que «para mantener un contacto eficaz entre ambas administraciones, han acordado crear un ‘Espacio de Cooperación’ para el seguimiento y respuesta de la evolución de la pandemia, que aborde los asuntos principales que afectan a la sociedad». ¿Y hasta ahora, qué hacían, a qué esperaban? ¿Usaban a los ciudadanos de amarracos en su sectario juego de mus? ¿Afecta el virus a la vergüenza, acaso al sentido común? ¡Qué cínica, si no ofensiva, reunión de incompetencias!

¿Mi verdad? Más que mus, me pide el cuerpo escoba. Qué escoba, ¡escobarlos!

Esperaba yo una reunión política y siento que sólo fue encuentro de ¡tramoyistas! Venga carnaza a la extrema derecha. ¡Insensatos!

¡Salud!, y buena semana hagamos y tengamos. Cuiden, cuídense.
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