04/02/2023
 Actualizado a 04/02/2023
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¿Por qué luchamos los españoles de hoy? ¿En qué creemos? ¿Qué nos mueve a continuar latiendo con esa urgencia entre poética y real que supone estar vivos?

Hace unos días terminé de leer la última novela de la escritora berciana afincada en Barcelona, Berta Pichel: ‘El tiempo nos deshizo’. De hecho, tuve el honor de presentarla junto a ella el pasado jueves. Su protagonista, una mujer de 72 años, también como ella escritora e historiadora, rememora con ternura los momentos más importantes de su vida, una de tantas las que pertenecieron a la posguerra, la dictadura de Franco y la posterior democracia, Transición incluida. Berta escribe una novela unamuniana, en la que se reafirma el concepto de ‘intrahistoria’ sobre el que la Generación del 98 hizo tanto hincapié: la historia la escribimos todos. Y con ‘todos’ nos referimos a esos hombres y mujeres que conformaron una ‘tradición eterna’ que a su vez sirvió de ‘decorado’ activo en una época concreta.

Sumergirme de lleno a través del personaje de Pepa en aquellos años marcados por las canciones de Serrat y Marisol, las redadas y el movimiento hippie, me ha planteado algunas preguntas. Ellos luchaban juntos por un ideal común. Incluso desde diferentes posturas ideológicas, tenían muy claro que el bien colectivo genera el bien individual, nunca al revés. No sé si la vida era más sencilla o más compleja que ahora, pero lo que sí es cierto es que ellos no vivían anestesiados. A pesar de censuras, hambre, escasez y aislamiento, se arriesgaban por sus semejantes. Sus luchas eran comunes. Ahora cada uno barre hacia su casa.

Aunque en apariencia ha mejorado nuestro nivel de vida y educacional, faltan valores o se van perdiendo, valores que son ancestrales; el primero, aprender de los que nos precedieron, tomar nota de sus acciones. Claro que, para eso, hay que tener ideales. Y el Quijote se va desdibujando en las pantallas de nuestra conciencia colectiva.
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