Menos mal que admiten perras

22/03/2024
 Actualizado a 22/03/2024
| SAÚL ARÉN
| SAÚL ARÉN

A Ricardo ‘el teitador’, que vivió 110 años, le ingresaban la pensión el día 30 a las nueve de la mañana y a las nueve y un minuto estaba en la ventanilla de ‘la caja’ para sacarlo «todos menos una perrona», que el empleado ya sabía que eran cinco céntimos de euro, que son muchas perronas pero ése es otro tema.

Ricardo pasaba muchas horas sentado en un banco que había delante del otro banco, ‘la caja’, y cada día estaba más asombrado. «¿Banco esto? Aquí no trae una perra ni dios, que si la tarjeta, que si la cartilla... pero perras circulan menos que camiones en la majada de los pastores».

Las perras es un concepto cada día más muerto, en extinción.

Hace un par de semanas, en la máquina de la ORA de La Condesa, llegó un paisano y me pidió auxilio para sacar el ticket.
– ¿Sabe la matrícula?
– Sí, coño, que el coche es mío, ¿o qué pensabas?
– No lo dudo, es que nos la va a preguntar. 

Fuimos dando pasos hasta llegar a las perras. «¿Trae dinero suelto?». «Sí, coño, ¿también lo pide?». «También».
– Coño, ¡menos mal!, que llevo una mañana de gestiones con mil euros en el bolso y no soy capaz de pagar nada. Menos mal que aquí si quieren perras.

Yo creo que le tiró un beso al cartel de las monedas. 

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