Fama sí tienen, pero mercado

Por Fulgencio Fernández y Mauricio Peña

21/02/2024
 Actualizado a 21/02/2024
| MAURICIO PEÑA
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Trajino mucho la madreña –la variedad ‘tarniega’ de D.O. astur porque en León ya no quedan artesanos del gremio– y cada vez que se detiene un coche para hacer un comentario, con cierta frecuencia debo reconocerlo, ya sé que va a ser muy positivo. «¡Qué listo eres! No hay calzado como la madreña, ni más caliente, ni más limpio», es el que más se repite, para rematar: «Llegas a la puerta, las quitas y no manchas nada».
(Nota bene. No sé si es preocupante que nadie me llame listo por lo que escribo y sí por calzar madreñas, pero ése es otro asunto).
Incluso se convoca una manifestación en madreñas por las calles de León y tiene mejor acogida que las que se celebraron contra el cierre de Vestas, contra el abandono de la sanidad pública o las mareas verdes de la Enseñanza, que no deja de ser preocupante, pero así es.
Y cuando ya no es fiesta y no pasan coches que te admiren por calzar madreñas te da por pensar: «Ysi son tan buenas... ¿porqué no las lleva nadie?», pues resulta que son mucho más baratas que las zapatillas con tres rayas o las que promociona Rafa Nadal. Y hasta malicias que también son las culpables de la crisis de la prensa de papel, porque llegabas con las botas de barro y tu madre te decía: «Espera, que pongo unos periódicos». 

 

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