El oro pardo de Tierra de Campos

Cuentan las crónicas de costumbres que para celebrar el año nuevo los romanos regalaban un monedero que contenía lentejas augurando que se convertirían en monedas de oro. Desde entonces, la tradición de comer lentejas en Nochevieja ha sobrevivido al paso de los tiempos en Italia y se mantiene en las familias como sinónimo de prosperidad. La Nueva Crónica se ha sumado este año a esta tradición milenaria y junto con la marca de calidad de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Lentejas de Tierra de Campos ha repartido 400 saquitos de exquisita legumbre, una de las más apreciadas por los cocineros de todo el mundo.

La alianza entre este periódico y el Consejo Regulador para divulgar las bondades de este producto certificado supone también una magnífica forma de poner un broche de oro al 2016, declarado Año Internacional de las Legumbres por la Asamblea General de las Naciones Unidas.

La Lenteja de Tierra de Campos se cultiva en la encrucijada de las provincias de León, Palencia, Zamora y Valladolid, tierra en las que "el sol del mediodía, las suaves o frías temperaturas matutinas y vespertinas crean un entorno agroclimático ideal, que permite una lenta maduración de estas lentejas de excelente calidad, cuyo desarrollo final se debe al buen hacer de nuestros agricultores" como apuntan desde el Consejo Regulador. En cuanto a la legumbre, es muy fina al paladar, de pequeño diámetro (entre 3,5 y 4,5 mm), con una cubierta de color pardo con puntos negros y el cotiledón es de color amarillo.