El Cielo vaciado

06/11/2019
 Actualizado a 06/11/2019
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Un buen sistema para entender las claves de esa ocurrencia que corre de boca en boca de La España vaciada podría ser la comparativa de El Cielo vaciado, que también él sufre la ausencia de aquellos vecindarios que llenaban todas las casas ¡Qué tiempos aquellos que recordaba el minero Corujo cuando decía: «En los años 70 había familias en todas las casas del pueblo... y en las tenadas y en los pajares!».

Y con el invento de La España vaciada bien parece que una vez encontrada la expresión que lo define ya está solucionado el problema. Habría que recordar que un día encontraron otras definiciones, la Marcha Negra por ejemplo, pero no estaba en ella la solución.

Cuando la España no estaba vaciada tampoco el Cielo estaba vaciado. Y esta colección de imágenes y la urna recorrían los pueblos de casa en casa y con esa rendija que se intuye –y se ve– en la parte inferior de la urna se financiaba la parroquia, las obras pías y esas cosas.

Pero se fueron vaciando los pueblos, no había casas en las que dejar urnas y estampas y, en la mayoría de los casos, estaban de vuelta cuando acababan de marchar. Así fue como comenzaron a quedarse a vivir en una sola casa, a convertirse en motivo de conversación y recuerdo, a pasto de nostalgias de aquellos tiempos en los que se iba la imagen y nunca se sabía el tiempo que tardarían en volver pues el Cielo no estaba vaciado.
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