El Celorio

Una ruta artístico literaria que narra una historia de ficción y presenta varias piezas escultóricas

Vicente García
20/09/2019
 Actualizado a 16/05/2022
El camino entre el bosque. | VICENTE GARCÍA
El camino entre el bosque. | VICENTE GARCÍA
La historia del Celorio es un relato de ficción escrito por José María Menéndez López y se reparte en ocho paneles que van sucediéndose a lo largo de la primera parte de la ruta, en la ascensión.

Los habitantes del pueblo, en colaboración con el escultor Amancio, han creado esta ruta llena de pasajes literarios y artísticos, con esculturas del geniel Amancio: una mano que emerge el suelo y un trasgu, con sus respectivos mensajes, así como el poema del mismo Juan Carlos Pajares al cruzar el río Casares.

Comienza la ruta en el primer panel situado fuera de la localidad de Geras, en un amplio aparcamiento al lado de la carretera y del río. Se puede llegar hasta allí bien a pie, bien en vehículo, aunque se debe prestar atención al tráfico e ir suficientemente señalizados con chalecos reflectantes.

A partir de este punto, un gran panel en acero cortén, como el resto y con el título de la ruta y un dibujo de Amancio, se comienza la ascensión tomando el camino de la derecha en el primer desvío, ya que el otro va a una granja. Continuando la ascensión se van viendo los sucesivos paneles, con vistas a la localidad de Geras, y ya elevándose algo más se pueden ver las siluetas de las Tres Marías al fondo.

Al final el valle se cierra en un camino estrecho y empinado dejando siempre a la derecha las peñas del Abesedo, para seguir en el camino abierto a una amplia explanada que sigue en ascenso, hasta que se encuentra la sorpresa de la mano que emerge del suelo, una escultura de Amancio.El camino sigue hacia arriba, a la cresta del Abesedo, donde se encuentra el siguiente panel, para subir si se desea a la cumbre desde donde hay una excelente vista a Geras y todo el valle del río Casares. Bajando de nuevo hasta el panel se sigue por la cresta hasta bajar al camino que se perfila perfectamente a la izquieerda. En el camino se encuentran los últimos paneles, mirando hacia las cumbres de los Amargones.Al final se sale a la carretera siguiendo un corto trayecto hasta el pueblo de Paradilla, donde se puede disfrutar de un lugar singular, subir hacia la iglesia o visitar el bar de la Abubilla si se encuentra abierto.

Después de visitar el pueblo se vuelve a la carrretera y se anda unos metros para salir hacia la izquierda por un camino recientemente acondicionado que baja entre chopos corpulentos hasta darse de bruces con unas rocas donde se encuentra el trasgu y el panel indicativo con su historia.

Visitado el trasgu se continúa por el camino, siguiendo el sendero que va paralelo a la carretera a veces, otras veces va por una zona diferente y otras la cruza. Es un camino cómodo, flanqueado por hermosas sabinas y en un vertiginoso descenso. En una ocasión hay que bajar con cuidado a la carretera y cruzarla para, despues de un interesante recorrido, acabar en la general, más ancha y con vehículos a mayor velocidad. Con cuidado se cruza en dirección al puente, se pasa tambien el puente y si los perros no son muy agresivos, el caminante puede detenerse ante el último panel de la ruta, el de Juan Carlos Pajares. Se sigue por el camino de los Puertos de Verano y en el primer cruce se va hacia la derecha continuando en las proximidades del río. Hay que pasar praderas y zonas boscosas muy agradables, sobre todo para el verano y al finalizar, cuando el río se encajona, hay que salir hacia la izquierda, subir un pequeño colladillo para caer en la ruta de la Boyeriza y desde allí salir a la carretera y por el lado interior del quitamiedos continuar hacia el punto de partida para finalizar la ruta.
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