Puente recuerda a Fomento el riesgo latente que mantiene la N-536

Ha esquivado sucesos por desprendimientos desde 2007, cuando una gran roca cayó sobre el vial que soporta un alto volumen de tráfico por el transporte de la industria pizarrera

Mar Iglesias
17/08/2019
 Actualizado a 19/09/2019
Imagen del túnel de Peñarrubia una de las zonas conflictiva para el tráfico. | Google
Imagen del túnel de Peñarrubia una de las zonas conflictiva para el tráfico. | Google
Más de doce años hace que en la zona del túnel de Peñarrubia cayera una gran piedra de más de 500 kilos que obligó a tomar precauciones enla circulación en la Nacional 536, un vial que une Ponferrada con el Puente de Domingo Flórez hacia la comarca ourensana de Valdeorras y que soporta el tránsito abultado de la industria pizarrera, puesto que es conexión con los pueblos productores de San Pedro de Trones o La Baña.

Uno de los carriles tuvo que ser cortado pero la fortuna quiso que no pasara ningún coche cuando se produjo el desprendimiento y eso librara de un suceso mayor. Ese suceso, lejos de encontrar una solución, pese a varios intentos de corregirse, ha seguido palpitando hasta este mismo año, en el que la historia volvió a repetirse.

Por eso el alcalde de Puente de Domingo Flórez, el popular Julio Arias, ve esta conexión como la gran carencia para su municipio, puesto que la mayoría de los trabajadores de la pizarra que viajan cada mañana hacia él pasan por esta localidad desde Ponferrada y eso pone todas las alarmas en la seguridad de la conexión. «Es una vía que ha quedado obsoleta», manifiesta, y considera que, tanto por el volumen de tráfico que soporta como el que genera Fomento «debería tomárselo en serio». Pide que se tome ejemplo de lo efectuado en la vecina localidad de O Barco de Valdeorras, donde se ha diseñado un ramal fuera del casco urbano para que los camiones de gran tonelaje puedan rodearlo. «Aquí deberían tomar nota, porque el riesgo está ahí», puntualiza.

«Es una vía de comunicación que debería tenerse en cuenta pero por más que protestemos tiene que ser Fomento», lamenta. Sí aplaude que se hayan tomado medidas tras el último derrumbe «lo han recuperado y también la zona de protección y… a esperar», dice. Arias cruza los dedos mirando de reojo al invierno «esperemos que no pase nada porque nos deja aislados sobre todo a la gente que pasa a los centros de producción de la pizarra».
En 2018 Fomento inspeccionó los cuatro kilómetros, del 21 al 24, más conflictivos de los desprendimientos. Arias trasladó al por aquel entonces director de Carreteras Jorge Urrecho las quejas de los conductores, que estuvieron meses soportando la regulación de un semáforo por desprendimientos. De esa manera se evaluaron las obras a realizar y se hicieron en los siguientes meses. Pero los desprendimientos volvieron más tarde y de nuevo el regidor recordó que estaba en juego la seguridad de los conductores para forzar que se defina una solución definitiva.

Aunque Arias no quiere apuntar ninguna solución posible al respecto «los ingenieros sabrán cual es la situación», considera que el vial tiene muchas curvas y que deberían eliminarse algunas de ellas. «No sé si alargando el túnel, pero a veces se cruzan dos trailers de pizarra en esas curvas y se llevan un susto. Eso no puede ser». Reconoce que el asfalto está en buenas condiciones y se circula despacio, respetando la velocidad «y eso hace que no haya accidentes».

Pero los desprendimientos considera que son incontrolables, incluso con mallas de protección «la fuerza de los piedras es tal que no hay nada que las pare. Yo creo que incluso saltarán por encima del túnel al pantano. La malla de protección que colocan puede ayudar pero, como se demostró en el último desprendimiento es imposible de frenar».Y ese, además, es otro punto en contra para que Puente sea receptor de nuevos vecinos, una preocupación del primer edil. Pese a que asegura que cuenta con todos los servicios (colegio, centro de salud, farmacia, cuatro bancos…) no consigue superar los 1550 habitantes.

Asegura que Ponferrada fagocita vecinos y, aunque el trayecto diario para los trabajadores de las pizarras es complejo sobre todo en los inviernos, prefieren hacerlo a establecerse más cerca de los centros de trabajo. Por eso para incentivarlos Puente se plantea la construcción de una guardería y también ha comenzado a ofrecer ayudas a la natalidad que, aunque no definen las intenciones de las parejas a tener hijos, si se han dejado notar pasando de un nacimiento a once u ocho en algunos de los últimos años.
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