Poblaciones con futuro

Villafranca del Bierzo puede ofrecer un futuro, que dudo mucho que lo puedan ofrecer otras joyas de la provincia, pero desgraciadamente, está muy lejos del "pesebre"

Ramón Cela
11/07/2021
 Actualizado a 11/07/2021
Los peregrinos son fuente de riqueza para la pequeña compostela.| RAMÓN CELA
Los peregrinos son fuente de riqueza para la pequeña compostela.| RAMÓN CELA
Desde siempre, las poblaciones, las comarcas y aquellos pueblos que han tenido la suerte de que la industria instalara en sus cercanías fábricas u otro tipo de aprovechamiento del lugar, se les consideró como privilegiados. En El Bierzo, en León, se piensa que las cosas buenas tienen que venir, porque para eso somos leoneses, cazurros y lo que se quiera, pero lo cierto es que tanto a un lugar como otro, les viene muy bien aquellas frases que antaño algunos clamaban.

«La tierra, para quien la trabaja». Y en esto sí que estoy de acuerdo con los que enarbolaban aquella bandera, que por falta de trabajo e imaginación se fue deshaciendo a jirones, porque una cosa era el dicho y otra el hecho. Hemos de reconocer que salvo las lógicas excepciones, la provincia de León, ha ido en declive desde hace unos años a la actualidad.

Era muy cómodo vivir sin sobresaltos y preocupaciones, pensando únicamente en que el mundo no iba a cambiar y si lo hacía sería para bien. Los dolores de cabeza y la inventiva para crear nuevas industrias quedaban para los jóvenes, a los que, con las debidas salvedades, tenían que ser quienes nos aportaran un seguro para la vejez, que llego mucho antes de lo esperado por todos. Y, de esta manera, hemos ido sesteando aunque nos cueste reconocerlo, pensando que los gobiernos de cualquier color, siempre tendrían subvenciones para cuantos proyectos tuvieran nuestros hijos, que para eso les habíamos estudiado en los mejores colegios, o todavía los más pequeños, que ya desde muy temprana edad, manejaban las nuevas tecnologías para nuestro asombro, que no habíamos pasado de la máquina de escribir.

Pero llegó la época de la sequia y nos cogió a todos sin las debidas reservas de agua y lo que es peor, sin acuíferos a donde acudir, por la falta de previsión, pensando que los manantiales, siempre tienen la obligación de dar más y más agua, cuando la demografía actual es muy superior y el gasto de la misma va parejo con esta.

Así se acabó la minería, y la agricultura vivía muy bien con seguros y subvenciones aunque no se trabajaran las tierras, pero lo importante era justificar las pertenencias de terrenos o industrias, que estas últimas daban perdidas con frecuencia, pese a que funcionaban maravillosamente bien con las dichosas subvenciones. Mientras, los dirigentes de estas, creaban otras y otras más, que casualmente, volvían a dar perdidas.

Entonces surgió el amiguismo, algo que venía de antiguo y que siempre existió, pero quizás no era con el dinero de todos los contribuyentes, que apenas conocían esta palabra tan de moda, llamada subvención. Los que nunca hemos tenido la vocación de políticos, pensamos, probablemente de forma errónea, que estos, siempre piensan en el bien común, por lo menos así lo hacen y prometen en las campañas electorales.

Mientras esto sucede, otros pensamos que si una buena parte de lo recaudado, se invirtiera en crear riqueza, el panorama cambiaría totalmente. El industrial, pensaría y se esforzaría en que su industria creciera día a día. El agricultor, regaría con el sudor de su frente sus cosechas, como lo hacen los pequeños hortelanos y los políticos. Se preocuparían en hacer que las fábricas, ahora paradas, funcionaran a todo rendimiento y no como ahora, que se están dejando caer poblaciones, iglesias o castillos, porque Patrimonio no hace ni deja hacer como en el caso de Villafranca del Bierzo, que cae un poco lejos de Valladolid y de León y conste que no me refiero a las distancias, ya que en la actualidad no existen, habiendo llegado a Marte, sino a que mal se puede gobernar una casa si no se conoce y esto, desgraciadamente, sucede hasta en estamentos minúsculos como es el Consejo Comarcal del Bierzo. Villafranca se cae a pedazos y es más costoso y difícil arreglar una casa que los permisos de Bellas Artes o Patrimonio. Entonces llegamos a la conclusión que he apuntado anteriormente.

Villafranca del Bierzo, que hace doscientos años era capital de Provincia, se cae y no es por culpa de los villafranquinos, sino de la poca visión de futuro de aquellos que tendrían la obligación de ver, más que mirar las necesidades y carencias de aquellos pueblos que aunque no cuenten con mucho número de votos, sí con la promesa de todos los políticos de todos los colores.

Conjunto Histórico Artístico Nacional en todo su recinto desde el año 1965, sus ocho iglesias, uncastillo, más de cincuenta escudos heráldicos adornando sus fachadas y dos ríos maravillosos y sin contaminación, minas de oro como La Leitosa y Los Cáscaros, Herrería de Godoy y el mayor castaño de España, sin contar también con el mayor y más antiguo ciprés… Está a solo dos kilómetros de Corullón, con otras tres iglesias románicas y otro castillo, forman un conjunto que en tan poco espacio de terreno puede ofrecer las seis iglesias románicas y la Colegiata de Villafranca del Bierzo, sin contar con el mejor Jardín Romántico de 1882 de la provincia. Además de ser un hito importantísimo con la Puerta del Perdón, única en el Camino de Santiago.
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