La empresa vasca Recifemetal realizará el desmontaje de Compostilla con 130 trabajadores

Endesa ha valorado el alto nivel de contratación local de la compañía, que moverá 266.000 toneladas de material de demolición

D.M.
14/10/2020
 Actualizado a 14/10/2020
Los trabajos previos de desmontaje comenzarán en noviembre.
Los trabajos previos de desmontaje comenzarán en noviembre.
La empresa vasca  Recifemetal será la encargada del desmontaje de la central térmica de Compostilla. Endesa ha adjudicado a esta compañía esta operación "de gran complejidad técnica que movilizará a una media anual de 130 personas de mano de obra directa que se ocuparán de las tareas durante cuatro años" y que comenzará en noviembre con una serie de trabajos previos, para arrancar en los próximos meses con el desmantelamiento propiamente dicho.

Según afirma Endesa, el 80 % de los trabajadores  serán de la propia comarca del Bierzo, muchos de ellos procedentes de antiguas subcontratas de la central térmica. Tendrán prioridad para la contratación los residentes en Cubillos del Sil, Cabañas Raras y Ponferrada. Este ha sido, precisamente  uno de los aspectos que más ha pesado en la oferta para la adjudicación a Recifemetal.

Para la capacitación de los trabajadores, se están realizando acciones formativas en colaboración con Ciuden y la Fundación santa Bárbara, que tienen por objeto mejorar la confianza, el arraigo con la comunidad local y la empleabilidad de los trabajadores de la zona, una de las medidas de creación de valor compartido contempladas en el plan Futur- e de Endesa. La formación está centrada en tareas de desmantelamiento de las instalaciones de la central y en la prevención de riesgos laborales, y contará con la participación de 200 alumnos, repartidos en 4 convocatorias.

El proyecto de desmantelamiento está diseñado para compatibilizar los trabajos de demolición con actuaciones de desarrollo de futuros proyectos para el aprovechamiento de la actual instalación. Para ello será necesario realizar una planificación exhaustiva y una coordinación de los trabajos, priorizando la seguridad y salud laboral y todos los aspectos relacionados con la preservación del medioambiente, explican desde Endesa.

Reciclaje de materiales


Los trabajos supondrán una ardua tarea para segregar y caracterizar  266.870 toneladas de material que conforman el volumen de demolición de las instalaciones.  De ahí que sea esencial en el proceso de desmantelamiento la detallada gestión de residuos, que estará enfocada a a un máximo aprovechamiento para su posterior reutilización como segundo uso o materias primas.

Por ejemplo, para los residuos de hormigón, se  contará con un equipo de machaqueo con capacidad para tratar 300 toneladas por hora con  un separador magnético para la segregación de las armaduras metálicas. Así, se podrá reutilizar el acero de armaduras y el  árido reciclado que se empleará en el relleno de los huecos generados en las obras, así como en la remodelación del terreno tras las demoliciones.

También habrá un exhaustivo plan de vigilancia ambiental con especial atención a las emisiones y los vertidos durante la ejecución de las tareas para evitar afecciones al entorno. 

Asimismo, dentro del plan de seguridad, se implantará 'in situ' un hospitalillo para estabilizar posibles heridos en caso de accidente, y un equipo especialista en trabajos verticales que actuará en caso de emergencia en estructuras de difícil acceso.

Las instalaciones ocupan unas 375 hectáreas donde  distinguen tres áreas claramente diferenciadas; un área que alberga los grupos de generación eléctrica, otra que acoge los parques de transformación e instalaciones auxiliares, y una última el parque de carbones con el vertedero de residuos no peligrosos.


Siete zonas de demolición


Endesa ha distinguido ahora siete zonas de demolición por sistemas e instalaciones homogéneas. La zona de turbinas, la zona de  calderas, la zona de plantas de desulfuración de gases, la zona de  estructuras esbeltas, la zona del parque de carbones, la zona de edificios y estructuras varias y la zona elementos singulares, donde se encontraban el Ferrocarril y galerías enterradas.

Después de la parada de la central, Endesa  debe invertir 62 millones de euros en dejar el emplazamiento en condiciones de poder afrontar un uso futuro, de los que parte corresponde a esta adjudicación.
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