Según afirma Endesa, el 80 % de los trabajadores serán de la propia comarca del Bierzo, muchos de ellos procedentes de antiguas subcontratas de la central térmica. Tendrán prioridad para la contratación los residentes en Cubillos del Sil, Cabañas Raras y Ponferrada. Este ha sido, precisamente uno de los aspectos que más ha pesado en la oferta para la adjudicación a Recifemetal.
Para la capacitación de los trabajadores, se están realizando acciones formativas en colaboración con Ciuden y la Fundación santa Bárbara, que tienen por objeto mejorar la confianza, el arraigo con la comunidad local y la empleabilidad de los trabajadores de la zona, una de las medidas de creación de valor compartido contempladas en el plan Futur- e de Endesa. La formación está centrada en tareas de desmantelamiento de las instalaciones de la central y en la prevención de riesgos laborales, y contará con la participación de 200 alumnos, repartidos en 4 convocatorias.
El proyecto de desmantelamiento está diseñado para compatibilizar los trabajos de demolición con actuaciones de desarrollo de futuros proyectos para el aprovechamiento de la actual instalación. Para ello será necesario realizar una planificación exhaustiva y una coordinación de los trabajos, priorizando la seguridad y salud laboral y todos los aspectos relacionados con la preservación del medioambiente, explican desde Endesa.
Reciclaje de materiales
Los trabajos supondrán una ardua tarea para segregar y caracterizar 266.870 toneladas de material que conforman el volumen de demolición de las instalaciones. De ahí que sea esencial en el proceso de desmantelamiento la detallada gestión de residuos, que estará enfocada a a un máximo aprovechamiento para su posterior reutilización como segundo uso o materias primas.
Por ejemplo, para los residuos de hormigón, se contará con un equipo de machaqueo con capacidad para tratar 300 toneladas por hora con un separador magnético para la segregación de las armaduras metálicas. Así, se podrá reutilizar el acero de armaduras y el árido reciclado que se empleará en el relleno de los huecos generados en las obras, así como en la remodelación del terreno tras las demoliciones.
También habrá un exhaustivo plan de vigilancia ambiental con especial atención a las emisiones y los vertidos durante la ejecución de las tareas para evitar afecciones al entorno.
Asimismo, dentro del plan de seguridad, se implantará 'in situ' un hospitalillo para estabilizar posibles heridos en caso de accidente, y un equipo especialista en trabajos verticales que actuará en caso de emergencia en estructuras de difícil acceso.
Las instalaciones ocupan unas 375 hectáreas donde distinguen tres áreas claramente diferenciadas; un área que alberga los grupos de generación eléctrica, otra que acoge los parques de transformación e instalaciones auxiliares, y una última el parque de carbones con el vertedero de residuos no peligrosos.
Siete zonas de demolición
Endesa ha distinguido ahora siete zonas de demolición por sistemas e instalaciones homogéneas. La zona de turbinas, la zona de calderas, la zona de plantas de desulfuración de gases, la zona de estructuras esbeltas, la zona del parque de carbones, la zona de edificios y estructuras varias y la zona elementos singulares, donde se encontraban el Ferrocarril y galerías enterradas.
Después de la parada de la central, Endesa debe invertir 62 millones de euros en dejar el emplazamiento en condiciones de poder afrontar un uso futuro, de los que parte corresponde a esta adjudicación.