Su portavoz, Roberto Robles, recuerda que el precio de la castaña en cada temporada lo fijan varios factores. Uno de ellos es la demanda del mercado doméstico o nacional. Otro, la demanda del mercado exterior. «Si durante los primeros días de campaña, el mercado no tira; es decir, que nohay la suficiente demanda, el precio cae porque hay mucho stock almacenado», apunta.
Y eso es lo que parecer haber ocurrido en el Bierzo estas semanas y que ha supuesto el malestar de muchos pequeños productores ante unos precios alejados de las previsiones iniciales.
Robles recuerda que esta campañaha sido un tanto especial respecto a temporadas anteriores. Y es que «el 70% de la castaña ha caído ya en la primera quincena de octubre, cuando en otras campañas la fecha de referencia era el día 1 de noviembre, sobre el puente de Todos los Santos» y, en torno a esta jornada, con la campaña ya avanzada, podía caer el precio respecto a las primeras semanas de recolección. Además, indica Robles, otro factor muy importante es la calidad y el estado sanitario.
Y es que las empresas compradoras a granel hacen catas de las remesas que llegan desde las distintas zonas de recolección, en las que se comprueba qué cantidad de castaña agusanada, de pequeño calibre, de menor calidad o de variedades poco valoradas hay en los sacos vendidos por los pequeños productores. Si este porcentaje es alto, el precio del kilo cae de forma inmediata en la siguiente remesa a comprar, explica Robles.
Esto no afecta tanto a las agrupaciones o cooperativas de castañicultores que se han ido estableciendo, ya que ellos mismos se han hecho con la maquinaria y los útiles necesarios para cribar el producto por calibres y comprobar las calidades, para así poder ofrecer a las empresas compradoras el producto seleccionado y evitar argumentos como el de la supuesta baja calidad para reducir los precios jornada tras jornada.
También afecta, si bien de manera no tan significativa, que haya muchos pequeños propietarios que, atraídos por los precios rentables de temporadas pasadas, se hayan decidido a recuperar sotos abandonados y vender a compradores cercanos e intermediarios su producción, lo cual ha aumentado también la cantidad de producto en el mercado, agudizando el desequilibrio entre oferta y demanda que ha tenido lugar los pasados días.