Hugo, Filomeno, Carmen, Sergio y un nuevo libro fantástico

Carmen y Sergio, almas del Profesor 10 de Mates, regresan con una nueva, entretenida y reflexiva novela: Libro de experimentos abracadabrantes de Hugo Comas

Ruy Vega
30/07/2023
 Actualizado a 30/07/2023
Carmen y Sergio son los autores de este nuevo libro.
Carmen y Sergio son los autores de este nuevo libro.

"Lo cierto es que la enfermedad de mi hermano, por extraño que parezca, está íntimamente ligada con la insólita historia que vino a cambiar la rutina". Lo podrás leer, papá, en la página 12 de la nueva novela que hoy te traigo en esta Carta a ninguna parte. Sin duda es un excelente resumen del contenido de la trama. Así que prepárate, vamos a dar un viaje maravilloso. 


¿Sabes? Tengo varios libros pendientes de los que hablarte, tantos como dedos de una mano, todos en mi estantería de nuevas cartas, pero, tras leer Libro de experimentos abracadabrantes de Hugo Comas, no he podido resistirme. Mi idea era escribirte sobre él en un futuro próximo, pero tras cerrar la última página he creído que era el momento oportuno para hacerlo. Quizá algo misterioso, como el propio libro, me ha empujado a ello.

He sentido la necesidad, una vez más, de dejar que mis dedos tecleen, letra a letra, lo que mi cabeza piensa, de nuevo, en esta conexión entre ambos.  Ya conoces a sus autores, no tengo la menor duda de que te acuerdas de ellos, hemos hablado de sus anteriores obras. Se trata de Carmen Rodríguez y Sergio Castro, sus matemáticas majestades del Profesor 10 de Mates. Han regresado con una nueva novela. Novela que, si bien a priori no está hermanada con Ausencia, el cáncer y yo (su anterior libro), si lo piensas bien, y una vez que lo leas, no estoy tan seguro de que opinemos eso. En ambas he encontrado una conexión por ensalzar (qué importante es, por cierto) a aquellos que luchan contra las dificultades de la vida, a aquellos que, en el fragor de la tormenta del corazón más roto y débil, son capaces de sonreír y obtener, aunque sea en el camino del dolor, una vía por la que alcanzar la estrella más hermosa. Es esa gente la que, en verdad lo digo, merece todos los reconocimientos del universo. En esta ocasión nos llevan hasta la vida de una joven y apasionada niña, que encontrará entre lo que es real o es ficción a un buen amigo a quien ayudar. Porque no solo estará ayudándole a él, sino que también a su hermano, gravemente enfermo. 


Carmen Rodríguez, creativa y amante de la lectura, creo que lleva dentro una talentosa escritora inglesa del siglo XIX. Esta segunda capa que refleja el espejo de su escritura la podemos encontrar en distintos puntos de sus textos. Por ejemplo, y como ocurre en este libro, lo veremos en ciertas ambientaciones, tan precisas como impactantes: «Las cornisas del edificio aparecían cubiertas de una fina capa blanca, fruto de las primeras nieves del año. El color otoñal del bosque se proyectaba sobre el que iba a ser mi nuevo colegio, tiñéndolo todo de dorado. El edificio lucía imponente y enigmático bajo la intensa luz del mediodía».

Por su parte, Sergio, cuyo buen corazón late a la misma frecuencia que una estrella de neutrones de la galaxia más precisa, lleva consigo la ciencia como una forma de vivir y de entender el mundo.  Lo mágico de él, papá, es su enorme capacidad para hacerla sencilla, ágil, entendible y aplicable. Y eso lo podrás ver en cada una de las páginas del libro, ya que la carga de ciencia y de experimentos es enorme. Sin ellos, no se entendería ni a Hugo Comas ni a la propia trama. Puedo aventurarme a decir que la ciencia es un personaje más, llegándonos a hablar a través de los múltiples experimentos que podremos aventurarnos a realizar. Introducidas como pequeñas pinceladas donde lo importante es el conocimiento, muchos llegarán a conceptos que, sin darse cuenta, ya formarán parte de su vida con la sola lectura de la novela.

Te pongo un ejemplo que leerás cuando tengas el libro entre tus manos: «¡Qué impactantes sois! Bien, bien… La escala del pH está graduada en una escala numérica que va del 0 al 14. Así, si al medir una sustancia, su pH se sitúa entre el 0 y el 7 de la escala, estaremos ante una sustancia ácida, tan ácida como el jugo de limón. Sin embargo, si el pH de la sustancia mide 7, entonces estaremos ante una sustancia neutra, o sea, ni fu ni fa… un buen ejemplo sería el agua destilada. Por encima del 7 y hasta el 14, estaríamos ante una sustancia alcalina o básica, por ejemplo, el amoniaco». ¿Te pongo otro ejemplo? Venga, aquí va, esta vez haciendo referencia a la propia historia de la ciencia: «La Meitner nos habló de Kepler. Parece ser que este célebre astrónomo alemán, que vivió en el siglo XVII, descubrió entre otras cosas que la estructura de los copos era hexagonal».


Papá, el libro, como te comentaba, nos lleva más allá de lo perceptible. No tardaremos en darnos cuenta de que llegamos a ese momento en el que las páginas nos cuentan una historia no solo de superación, sino también de preguntas esenciales, como san las que se plantean por la existencia del otro lado, ese nuevo mundo que existe tras cerrar los ojos, que tú ya conoces, y en el que ahora estás. Mundo que, quizá, y solo quizá, se interponga con el nuestro en instantes en los que confluyen ciencia, ficción e imaginación. 


Personajes y personas, como las de Libro de experimentos abracadabrantes de Hugo Comas, que están en medio de un camino sin transitar, de un momento de pausa en el espacio y en el tiempo. Esta interconexión forma parte esencial de la trama: «Algunos… únicamente aquellos que se encuentran o tienen algún familiar en tránsito. […] Sí, los que hacen equilibrios sobre el fino hilo que separa la vida de la muerte». Y es que ese fino hilo puede que sea solo un instante. Es este libro, papá, un ejemplar para disfrutar de su lectura, pasar instantes de diversión, y también un magnífico ejemplo de lectura para aprendizaje. Estoy seguro de que muchos de nosotros, tras sumergirnos entre sus páginas, sin darnos cuenta habremos adquirido una serie de conocimientos que antes ignorábamos. 


Y todo usando como instrumento a una joven que debe pasar un tiempo en un internado, dejando atrás hogar y familia. Allí conocerá a Hugo Comas y su increíble perro, quienes serán su propio barco para navegar durante un complejo periodo de su existencia.  En el duro camino de la vida, donde hay luz y oscuridad, flores y tormenta, día y noche, suaves brisas y huracanes, también nos acompañarán personas especiales y únicas, aquellas que se quitan el abrigo cuando tu alma tiene frío para entregártelo, aquellas que te abrazan cuando escuchan cómo tu corazón se resquebraja, aquellas que saben susurrarte un «cuenta conmigo» cuando no tienes fuerzas ni para pedirlo. Pero también nos tocará estar al lado de aquellas otras que empujan el dolor, que construyen los truenos y que escriben el odio. De eso también nos habla el Libro de experimentos abracadabrantes de Hugo Comas, de esa otra lucha, de la que cuando eres niño comienzas a entender que existe, y de la que cuando eres adulto comienzas a comprender que nunca acabará y que por eso es tan importante (y necesario) rodearse de gente de buen corazón. 


Papá, voy acabando ya esta carta, esta nueva misiva que te envío, una vez más, un mes más, con un libro leído, deseando que llegue a tus manos y que puedas disfrutar de esas lecturas que te perdiste. Y es que, creo, también esta novela tiene algo especial que a ti y a mí nos une: la idea de que, tras la ida, quizá exista un nuevo camino, un destino que ahora no llegamos a comprender, pero que nos podrá unir de nuevo, ahora ya por toda la eternidad. La línea que separa la vida de la muerte, sin duda, es muy muy muy fina; la que separa a un hijo de su padre es irrompible, infinita e imperecedera. Mientras tanto, en este camino que me ha tocado discurrir, rodeado de literatura y grandes talentos que he tenido la suerte de conocer, seguiré rodeando mis días de tu perfume y aroma, sabiendo que, con toda certeza, no es inmortal el que nunca muere, sino el que nunca se olvida.  

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