En la manifestación de repulsa convocada por la asociación de padres y madres del centro, el director,Jorge García lamentó que no se hayan tomado medidas antes «venimos tiempo reclamando que se vigilen las entradas al centro», recordó.
Ante los alumnos que salían de clase, de sus padres, de los vecinos y de Isabel, la propia agredida, que, arropada por sus hijas, quiso estar en la protesta, García pidió una reflexión sobre la entrada de jóvenesal centro en horario no lectivo «esto es un centro de educación Primaria e Infantil, estudian niños de entre 3 y 12 años…¿Cómo se puede permitir que las instalaciones de un colegio público sean usadas para quedar a fumar, a beber, donde se agrede, se pintan las paredes o se destroza el mobiliario?, ¿dónde está el derecho de estos hombres y mujeres del futuro de tener un edificio de calidad?», se preguntaba en voz alta.Por eso, el director solicitará una reunión urgente con el Ayuntamiento de Ponferrada con el fin de que «ponga una solución urgente» a esta permisividad que ha tenido consecuencias nefastas con la agresión a la conserje por parte de tres jóvenes que ya están identificados por la Policía.
Identificados
La víctima alertó de que había reconocido a una de las agresoras, una antigua alumna del centro y vecina del mismo de 17 años, a ella le acompañaba otra menor y un joven de 19 años que los agentes aún buscan. Todos ellos protagonizaron un robo en la vivienda de la conserje cuando esta colgaba ropa fuera de casa. Cuando volvió a ella, los jóvenes ya le habían robado dinero y joyas. Según las hijas de la víctima se hicieron con un botín de unos 200 euros, pero no fue suficiente y forzaron a la mujer de 55 años a que saliera de casa diciéndole que pasaba algo en el patio. La mujer salió y cuando volvió a casa le esperaban con cadenas y le asestaron fuertes golpes en la cabeza y en el cuerpo que hacen que tenga aún movilidad reducida. La agredida ha tenido que dejar su casa, pero quiso estar en la manifestación contra estos actos, en la que fueron sus hijas las que hablaron. Recordaba una de ellas, Laura Gaztelumendi que su madre lleva 20 años viviendo en la casa aledaña al colegio «y nunca había ocurrido esto», por eso se suman a la reclamación de más vigilancia. De hecho, la AMPA ha iniciado una recogida de firmas para solicitar la instalación de cámaras en el centro.