El Banco de Tierras suma casi medio millar de fincas adjudicadas, 147 este mismo año

Diputación y Consejo renuevan por tercer año la partida de 80.000 euros para el proyecto

N. González
25/04/2015
 Actualizado a 11/06/2019
El presidente de la Diputación, Emilio Orejas, y el del Consejo Comarcal, Alfonso Arias, en la firma del acuerdo. | L. N. C.
El presidente de la Diputación, Emilio Orejas, y el del Consejo Comarcal, Alfonso Arias, en la firma del acuerdo. | L. N. C.
El Banco de Tierras es el proyecto más novedoso que ha surgido en los últimos años en el Bierzo en el sector agroalimentario. El éxito que ha tenido la iniciativa se demuestra fácilmente en números: más de un millar de parcelas inscritas y más de 450 fincas en arrendamiento. Además, el interés de los que vuelven la vista al sector primariopara lograr un medio de vida en la comarca sigue en auge, ya que tan sólo en lo que llevamos de año el Banco de Tierras ha conseguido arrendar 147 fincas.

El presidente del Consejo Comarcal, Alfonso Arias, y de la Diputación de León, Emilio Orejas, firmaban este viernes en la sede de esta última institución en León una renovación del convenio que financia el proyecto con 80.000 euros anuales, a los que se suma otra aportación de 20.000 euros realizada por el Consejo Comarcal para lograr los 100.000 totales de presupuesto con los que cuenta la iniciativa.

Arias no dudaba, a la vista de los buenos resultados, en calificar el Banco de Tierras como el «proyecto estrella» del Consejo durante esta legislatura. «En el Bierzo hay prácticamente un 65% o 70% de fincas abandonadas que, a pesar de no estar en uso, son susceptibles de aprovechamiento agrícola. Con el Banco de Tierras queremos volver al sector primario y potenciar la agricultura y la agroalimentación en la comarca.  Es un proyecto que está dando unos resultados positivos importantes», apuntaba el presidente del Consejo Comarcal.

La aportación de la Diputación provincial servirá para cubrir la mayor parte de los gastos que tiene este proyecto, entre los que se incluyen los de personal y oficina, así como el mantenimiento y desarrollo del programa informático que se usa para la gestión de las parcelas. Asimismo, sufragan las partidas destinadas a la formación de los interesados y participantes en el Banco de Tierras, que se realiza mediante cursos, talleres y charlas sobre diversos aspectos relacionados con la agricultura.

Otro servicio incluido en el presupuesto es el de los trabajos de campo que se contratan, como el asesoramiento técnico para tasaciones, análisis de suelos y deslindes. Esto se debe a que los técnicos del Banco de Tierras, cuando un propietario pone a disposición del proyecto sus fincas, realizan un estudio sobre sus mejores usos, para después orientar a los demandantes de terrenos según la actividad que deseen realizar en ellos.

Entre las actividades principales que se desarrollan en las fincas gestionadas por el Banco de Tierras están no sólo las de hortofruticultura y la recuperación de viñedos, sino también la apicultura y la ganadería, e incluso se han solicitado terrenos para iniciativas más singulares, como la cría de caracoles.

«El fin de este proyecto es poner en valor aquellas fincas abandonadas en la comarca del Bierzo. Es una forma de que la gente vuelva al campo a emprender, y de propiciar el autoempleo», expone el presidente del Consejo.

Además de intermediar entre los propietarios de las fincas -que nunca pierden la titularidad y propiedad de las mismas- y los interesados en su arrendamiento, el Banco de Tierras del Consejo Comarcal realiza una labor de apoyo a emprendedores para que las personas que tengan un proyecto consigan microcréditos para poder financiar su puesta en marcha.
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