Donde el pulpo, la miel y la artesanía se hacen uno

Los productos bercianos vuelven a ser protagonistas de la cita con El Espino, en Vega de Espinareda. Ya van XI ediciones en las que esta localidad de Vega organiza la Feria agroalimentaria, a la que se suma la apícola y la XIV Feria artesana.

Se trata de una cita de verano que no puede faltar y que se prepara para este domingo. Unos 70 expositores acompañarán la muestra que siempre concluye con el típico pulpo. Se suma a la feria el concurso de cata de miel, especialmente importante este año, cuando se comienza a hablar del peligro de la entrada de la vespa velutina al Bierzo, con la consiguiente posible pérdida de las colmenas. De momento se salvan y la calidad de la miel también. Se trata de la tercera vez que se convoca este concurso.

Las bases marcan que los apicultores participantes deberán contar con código de explotación ganadera, expedido por la Junta de Castilla y León y con sus colmenares debidamente legalizados. Se podrán presentar mieles de todas las explotaciones apícolas de la provincia de León antes de las 10 horas del día 5 en el stand que el Ayuntamiento tendrá instalado en el recinto ferial. De cada muestra se presentarán 2 tarros de cristal, de aproximadamente 500 gramos netos de miel cada uno.

Los recipientes no tendrán ningún tipo de rotulación, etiqueta, pegatina o marca, dándole la organización un número o código que garantice el anonimato de las muestras. Se adjuntará un sobre cerrado, en el que figurarán los datos de identificación del apicultor y los datos de las colmenas de las que proviene la miel. La participación en el concurso es gratuita. El jurado entre el que destaca miembros de Urzapa realizará la cata abierta al público a las 12:00 horas de ese mismo día.

Habrá tres premios, el primero dotado con un vale de 100 euros para adquirir material apícola , el segundo de 50 euros y el tercero estará dotado con una botella de vino, todos más diploma.

Pero a la miel se unen otros productos propios y de localidades cercanas que siempre se acercan a compartir el día con El Espino. Es curioso el inicio de esta feria, del que no se es consciente al caminar por ella.

Hay que retroceder al siglo XIV para encontrarnos con él. En el año 1317 se concede el derecho de realizar el mercado «en tiempos de paz» como privilegio real al Monasterio de San Andrés de Espinareda, por parte del rey Alfonso XI al abad don Ramón. Pero se busca un lugar en el que se librara a los monjes de posibles contagios de enfermedades, y por eso el abad Ramón ve en El Espino, un lugar más alto que el propio Monasterio, la localización ideal, que pasó a llamarse Campo del Mercado o de la Feria para llegar hasta hoy actualizado y mejorado, añadiendo un punto de calidad apreciado por el visitante.