La sentencia le condena a tres años de cárcel por cada uno de los doce delitos continuados de abuso sexual, realizados en relación a doce menores, ya dos años de prisión por cada uno de los cuatro delitos de abuso sexual de los que fueron víctimas otros cuatro menores. Se añaden dos años de prisión por un delito de revelación de secretos.
Asimismo se le inhabilita “para cualquier profesión u oficio, sea o no retribuido, que conlleve el contacto regular y directo con menores de edad durante el tiempo de la condena”. Así como la prohibición de acercarse a una distancia inferior a 200 metros a los menores víctimas de abuso sexual continuado durante seis años y de comunicarse con ellos. Esto mismo se establece para los otros cuatro menores, durante un tiempo de cuatro años.
El tribunal fija también una indemnización de 3.000 euros para cada uno de los 12 menores víctimas de abuso sexual continuado y mil euros para los otros cuatro. Se absuelve al acusado del delito de corrupción de menores.
En prisión desde 2012
El condenado está en prisión desde su detención en noviembre de 2012 y había participado en campamentos juveniles de la asociación juvenil San Cristóbal realizados en el lago de Carucedo. Fue descubierto por su mujer, que encontró grabaciones de los abusos por casualidad y lo denunció. En ese momento ella estaba embarazada de su segundo hijo y la pareja tenía ya un niño de cuatro años. La mujer encontró en un armario un DVD con las grabaciones, además de un disco duro portátil en una bolsa de deportes de su marido.
Los niños participaron durante tres veranos en cursos de natación que impartía el acusado en el campamento en Carucedo, en los años 2011 y 2012, y en Cáceres, en 2013.
Además de participar en los campamentos, el acusado era monitor de natación en la piscina del club deportivo Parque Móvil de Madrid, en el barrio de Chamberí, desde hacía diez años.
Tras su arresto, también se encontraron centenares de películas y archivos fotográficos en la sede del Samur Social en el distrito de Puente de Vallecas. Para algunas grabaciones el acusado supuestamente utilizaba cámaras con visión nocturna de pequeño tamaño. En algunos casos grababa los abusos y a otros menores los grababa o fotografiaba duchándose y cambiándose de ropa.