Aquiana

Mañana, El Templario, La Comarca, Bierzo 7, Aquiana, Spirogyra…publicaciones que albergaron las vivencias e impresiones de muchos bercianos y que ahora solo quedan en el recuerdo. Páginas y páginas de noticias, anécdotas, experiencias, poesías y cuentos

Manuel Ángel Morales
24/09/2023
 Actualizado a 24/09/2023
Una de las portadas de la legendaria publicación de Fidalgo.
Una de las portadas de la legendaria publicación de Fidalgo.

José Antonio Carro Celada, en su Historia de la prensa leonesa , destaca que «El Templario va a ser la publicación de más larga vida que ha tenido Ponferrada» (Carro Celada 1984, 101). En 1984 era, efectivamente, así. Todavía seguía publicándose la revista Aquiana, pero, con el tiempo, le arrebataría el título a El Templario,  convirtiéndose en la publicación más longeva hasta la fecha de todas las que se han editado en Ponferrada.  Todo ello se debió a una personalidad única, la de Ignacio Fidalgo Piensos, director y editor de la revista que, en enero de 1964, lanza al mercado editorial ponferradino un semanario que sería el faro que guiaría a jóvenes escritores, historiadores, polemistas, periodistas, articulistas ocasionales de todo signo y, en general, a cualquier berciano con inquietudes sociales y culturales.

Fidalgo era un periodista valiente, polemista tenaz, hombre de gran cultura y abierto a las colaboraciones de cualquier persona que quisiera aportar algo al panorama social, político y cultural berciano, pues nunca estuvo en su mano censurar ni coartar la libertad de nadie que quisiera colaborar en su semanario. Como recordara el periodista y escritor César Gavela en el año 2014 en Diario de León: « Años después de su nacimiento, siendo yo un muchacho, acudí a la sede y me ofrecí para escribir una serie de entrevistas comarcales. Fueron catorce y aparecieron entre octubre de 1972 y marzo de 1974. Evocarlas ahora es evocar un mundo ingenuo y entusiasta». A mí me sucedió lo mismo y puedo atestiguar, como  Gavela, que la acogida de Fidalgo fue cordial y agradecida. Por la revista pasaron firmas como la de Gilberto Núñez Ursinos, Mestre, Pereira, Manuel Fernández «Pira», Manuela López, Felisa Rodríguez, Dionisio Álvarez Trincado, Hernán Alonso, Gregorio Esteban Lobato, Emilio Vega… 


El número uno, publicado en enero de 1964, es un ejercicio de ilusión y periodismo. Maquetado totalmente a mano, en la portada aparecen cuatro titulares principales, todos ellos con un tipo de letra diferente: «¿Qué pidió Ponferrada a los   »  (aparece un dibujo de los Reyes Magos), «La herencia de los millones para un Asilo de Ancianos», «NOVENTA MILLONES DE PESETAS presupuesto del Polígono de las Huertas», «Nuevo cementerio= 8 millones de ptas.» y «¿Qué sucedería si explotase una bomba atómica en El Bierzo?». Además la portada ofrecía en su parte inferior, bajo el titular «TURISMO», «20 PAGINAS DEDICADAS AL BIERZO», incluyendo «Colaboraciones, Entrevistas y Reportajes». No eran temas insustanciales. La llamada «herencia de los millones» se refería a la polémica por los dos testamentos otorgados por Don Miguel Fustegueras y Álvarez, y sobre las gestiones que el alcalde de entonces, el Sr. Don Luis García Ojeda, estaba realizando para hacer prevalecer la voluntad del testador. Era la llamada «herencia de Valdés», un tema que hoy en día sigue dando mucho que hablar.

Aquiana publica los dos testamentos, el otorgado en el año 1931 y el segundo testamento, hecho en Madrid en 1961, siendo el único medio que ha hecho público ambos documentos, lo que da buena muestra de la gallardía periodística de Fidalgo. En cuanto al sorprendente titular sobre la bomba atómica en El Bierzo hay que ponerlo en el contexto de la Guerra Fría y de la Crisis de los misiles de Cuba del año 1962 que había puesto a la población occidental en estado de histeria colectiva. El artículo hecho con gráficos a mano resulta todo un ejercicio de atrevimiento periodístico y es, simplemente, genial.


El nombre de la revista lo aclara Ignacio Fidalgo en su primer editorial, titulado «Carta abierta para ti, lector» señalando que «Con el nombre de la cumbre más caracterizada por su tipismo y tradición en El Bierzo, llegamos a vosotros» añadiendo que «A la cumbre llegan los que no desmayan en el trayecto. Los valientes». y terminando su explicación diciendo que  «Una vez en ella, en esa Aquiana geográfica de 1.848 metros de altitud -donde entre nieve y cierzo helado, un grupo de montañeros del I.E.B. ha cantado los villancicos del amor y la caridad- podemos olvidar las molestias anteriores. Esa similitud nos hizo pensar en AQUIANA…»


En este primer número se nos da cuenta de uno de los elementos más importantes que caracterizaron a la revista: sus colaboradores. Los primeros se acompañan de unos breves retazos biográficos. En la página 13 se nos dan los nombres de los cuatro primeros: Jaime Quintana Gómez, astorgano de nacimiento, pero berciano de adopción, director de la revista Cisne 64 de Valladolid, la publicación del SEU para el distrito universitario de Valladolid; Pedro Fernández Matachana, ponferradino, uno de los fundadores del desaparecido semanario berciano Promesa y, por entonces, jefe de Protocolo del Ayuntamiento de Ponferrada; Manuel Vega Díaz, «ex combatiente de la División Azul, en Rusia», vocal del Club Peña Trevinca en Ponferrada y «gran defensor de los valores bercianos»; por último, José Ramón Vaamonde Romero, médico gallego afincado en El Bierzo, «gran aficionado a la investigación histórica, especialmente a la Arqueología».

Se acompaña la relación de colaboradores con  un poema del malogrado poeta villafranquino Gilberto Núñez Ursinos, titulado Por los caminos del Bierzo hacia Galicia. Por el semanario pasarán otras muchas voces, imprescindibles de la cultura berciana: Álvarez Pando, de quien se publica el poema que gana el concurso literario del centro gallego de Ponferrada, -informando que los dos accésits les han sido otorgados a Gilberto Núñez Ursinos y a Francisco González González-.

En los siguientes números comienza una sección que sería una constante: la «Brújula berciana cultural» de Víctor Corcoba Herrero. Se trata de una sección en la que el poeta berciano da sus opiniones y aprovecha para comentar algún nuevo libro berciano. En la primera ocasión lo hace sobre el libro Del alba al vespertino de la «querida y admirada poeta de Noceda del Bierzo», Felisa Rodríguez Álvarez, destacando del libro que está «repleto de espigas verdes y horizontes azules». No será la única colaboración en crítica literaria ni en poesía. También hubo una sección denominada «Libros» en la que participan poetas como Emilio Vega, quien da cuenta en «Valdeorras. Cultura» , por ejemplo, de la presentación del libro «Llanes, esmeralda del oriente asturiano» poniendo de relieve que Aquiana fue semanario también del Bierzo y Valdeorras, localidad en la que tuvo muchos suscriptores. En esta misma sección participan otros escritores y críticos, como la propia hija del director del semanario, Helena Fidalgo, que comenta en uno de los números el libro de la poeta Amparo Carballo, Tiempos en la misma voz.

Es Aquiana, por tanto,  un fondo histórico de la cultura del Bierzo. En Aquiana se pueden encontrar poemas casi inéditos de muchos escritores bercianos. Y otro tanto ocurre con otras disciplinas humanísticas. Hay poemas, por ejemplo,  de Manuela López que no figuran más que en las páginas de Aquiana. Y lo mismo pasa con otros escritores  bercianos, esperando que el investigador bucee en las páginas de la revista en busca de los numerosos tesoros que esconde.


La revista empezó vendiéndose al precio de «8 pts.» y fue ganando en difusión. La publicidad y los suscriptores eran la base de su sustento económico. Se enviaban a todos los puntos del mundo en los que había un berciano. Como anécdota, cuenta Miguel Ángel Varela, actual director del Teatro Bérgidum de Ponferrada, que cuando el poeta Juan Carlos Mestre residía en Buenos Aires recibía Aquiana, de la que era suscriptor. Como en la página final venía la publicidad de Almacenes Bodelón, el cartero que le subía el periódico, al estar el mismo doblado y verse solo la publicidad,  le decía que «Ya le ha llegado El Bodelón».

En efecto, en las páginas de Aquiana vemos publicidad de «Ferreterías Silva Campos: cerrajería, puntas, alambres», «Tiendas especializadas Bodelón: estilo desde 1872», «Gaseosas FRAN Manolo Parra», «Tintorería Sáez» y, en general, de las empresas de la época en lo que ahora constituye un documento histórico que refleja el cambio en las empresas y en la evolución de la publicidad. 


La revista empezó editándose por Fid, publicidad e imprimiéndose por Gráficas ALFER, en León. La redacción estuvo en las oficinas de la calle General Vives, en Ponferrada, primero en el número 10 y luego en el 12. El domicilio que figuraba en la portada del semanario era en Presencias de la Campañana, en Carucedo; y como anécdota cabe señalar que el número de teléfono que tenía asignado era el 551, que luego pasó a ser el 410951. El semanario siempre se editó en blanco y negro. No obstante, en ocasiones especiales como en las Fiestas de la Encina o Navidad, se imprimieron algunas páginas a todo color o a una tinta de un color diferente, normalmente el azul, y en papel de mayor calidad. 


La personalidad notable de su director se deja ver en una de sus secciones emblemáticas, «Mi Diario», en la que expone sin tapujos sus opiniones sobre la política y los políticos locales y nacionales. Y no tiene pelos en la lengua el valiente periodista como puede deducirse de sus palabras: «Una gran parte de los problemas genuinamente bercianos, valdeorreses o maragatos se deben a raíces que se alimentan en La Moncloa». Inasequible al desaliento, Ignacio Fidalgo Piensos seguirá publicando el semanario hasta el año 2000.

Treinta y seis años de ímprobo trabajo de un periodista de raza al que la ciudad de Ponferrada le debe como mínimo una calle, aunque bien merecería una glorieta, pues sus méritos están contrastados y probados en una revista que es historia viva del Bierzo y Valdeorras.
 

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