Tópicos

Por Alejandro Cardenal

13/04/2021
 Actualizado a 13/04/2021
Paris conduce el balón frente al Fuenlabrada. | LALIGA
Paris conduce el balón frente al Fuenlabrada. | LALIGA
Ni antes éramos tan buenos ni ahora somos tan malos. No hay rival pequeño. El fútbol es así. El balón no ha querido entrar. Y así tendría material suficiente para llenar el resto de columnas de lo que queda de temporada.

La retórica del mundo del fútbol está plagada de tópicos por tres sencillas razones. Intentaré explicar la primera sin ser demasiado cruel. El 90% de los que lo juegan, lo dirigen o lo cuentan –servidor incluido– no da para más. Que los tupés y los tatuajes no os impidan ver el bosque. Por mucho que en los últimos años se esté intentando disfrazar de filosofía o ciencia esto del balompié, si están dándole a la pelotita en vez de buscando una cura para el cáncer –además de por los contratos multimillonarios, evidentemente– es porque la sesera llega hasta donde llega, así que mejor no meterse en jardines, solventar rápido la papeleta y a otra cosa mariposa.

La segunda, los que hemos trabajado un poquito en esto, no tardamos mucho en descubrirla. Tanto el 90% anterior como el 10% restante, que sí podría dignificar el mundillo, no quiere o no puede decir lo que realmente piensa. «Señor Capello, ¿por qué tiene tan pocos minutos Cassano? Pues mira, el bambino este es un caradura que ha llegado a Madrid con 10 kilos de más, se hincha a donuts a lo que me despisto y si lo saco más de 10 minutos a lo mejor tenemos un disgusto». ¿Se imaginan?

Y llegamos a la tercera, la más dolorosa. El fútbol es un espectáculo, el deporte más apasionante del mundo, y así hay que tratarlo y que venderlo hasta cuando no lo es. Hasta con un empate a cero un sábado a una hora en la que deberías tener en la mano la trigésimo cuarta croqueta de tu suegra. Y por mucho que el VAR le quisiese poner un poco de épica al asunto, no hay más cera que la que arde.

Así que esta semana toca tirar de repertorio y darle una vuelta a los clásicos: el fútbol es un deporte que inventaron los ingleses, juegan once contra once y siempre empata la Ponferradina. Seis empates llevan los bercianos en los últimas ocho jornadas. Y aunque en ese tramo haya que haberse partido la cara con varios de los pesos pesados de la categoría, los números son los que son y no han servido para seguir enganchados al tren de la sexta plaza.

Si el Rayo se lleva los tres puntos en el partido que todavía tiene pendiente ante el Mirandés, la distancia será de nueve puntos, una brecha que con solo ocho partidos por jugar, parece bastante insalvable.

Tópicos fuera. Por mucho ‘partido a partido’, ‘vamos a luchar hasta el final’ o “’hasta que las matemáticas lo digan no hay nada decidido’ que escuchemos durante las próximas semanas, la realidad es que la temporada de la Ponferradina ya está vista para sentencia.

Ha sido un gran año, se ha vuelto a coquetear con la gloria, pero había demasiados ‘miuras’. Habrá que seguir esperando. El fútbol nos debe una.
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