Portero delantero

Por Pablo Campos

Pablo Campos
22/04/2021
 Actualizado a 22/04/2021
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El perro flaco se llena de pulgas en el peor momento de la temporada. Dos derrotas, récord de goles en contra en un lustro, rosario de lesiones y, a modo de guinda, un portero del rival con la camiseta de jugador. Algunos lo vieron como una humillación, aunque prefiero una lectura intermedia que linda la excentricidad. El Zamora tenía un montón de bajas…y un suplente de campo esperando su turno, pero su genial y peculiar entrenador dejó su impronta en un gesto innecesario y con pocos precedentes. Antes lo hizo en la selección Javier Clemente, el de Baracaldo. ¿Saben donde nació Movilla? Dicho sea de paso, Mapisa ganó todos los duelos confirmando que la Cultural está baja en defensas.

Su presentación en el partido en el que debía recuperar el aliento es impropia de un equipo de su talla. Y no todo es culpa del entrenador. Idiakez no permitió que el delantero rival recibiera de espaldas y se girara para chutar a gol ni perdió una pelota en una acción propia de un cadete que dio paso al cabezazo del mismo ariete que saltó a placer. No, tampoco estaba Idiakez en la marca. El resto fue un cóctel de infortunios, lesiones o manos en el área, y de impotencia porque vender a los cuatro vientos una notable mejoría en el resto del partido es querer engañar al personal.

La Cultural no funcionó en ninguna de las dos áreas, hace tiempo que el juego brilla por su ausencia y ahora añade una fragilidad exasperante. Le quedan los números y el tono de Kawaya, con una voluntad, profundidad y desborde que recordaron al de sus mejores tiempos, como pasaporte a la esperanza. Idiakez ya no tendrá que vacilar con su estado real y los hechos le empujarán al ordenamiento que mejor resultados le dio hasta que un reiterado ataque de entrenador y, en menor medida, las circunstancias torcieron los renglones. Lo siguiente, ¿Diarrá portero delantero? No es bilbaíno.
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